Que todo hombre nos considere de esta manera: como servidores de Cristo y administradores de los misterios de Dios.
(1 Corintios 4:1)Ahora bien, lo que se requiere además de los administradores es que cada uno sea hallado fiel.
(1 Corintios 4:2)En cuanto a mí, es de poca importancia que yo sea juzgado por ustedes o por cualquier tribunal humano. De hecho, ni aun yo me juzgo a mí mismo.
Porque no estoy consciente de nada en contra mía. Pero no por eso estoy sin culpa, pues el que me juzga es el Señor.
(1 Corintios 4:4)Por tanto, no juzguen antes de tiempo, sino esperen hasta que el Señor venga, el cual sacará a la luz las cosas ocultas en las tinieblas y también pondrá de manifiesto los designios de los corazones. Entonces cada uno recibirá de parte de Dios la alabanza que le corresponda.
(1 Corintios 4:5)Esto, hermanos, lo he aplicado en sentido figurado a mí mismo y a Apolos por amor a ustedes, para que en nosotros aprendan a no sobrepasar lo que está escrito, para que ninguno de ustedes se vuelva arrogante a favor del uno contra el otro.
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1 Corintios 4:3 - Referencia Cruzada
la obra de cada uno se hará evidente; porque el día la dará a conocer, pues con fuego será revelada. El fuego mismo probará la calidad de la obra de cada uno.
(1 Corintios 3:13)Pero el SEÑOR dijo a Samuel: "No mires a su apariencia, ni a lo alto de su estatura, porque lo he desechado; porque Dios no ve como el hombre ve, pues el hombre mira la apariencia exterior, pero el SEÑOR mira el corazón."
(1 Samuel 16:7)No juzguen por la apariencia, sino juzguen con juicio justo."
(Juan 7:24)En cambio, el que es espiritual juzga todas las cosas; pero él no es juzgado por nadie.
(1 Corintios 2:15)