Y hagan todo esto, conociendo el tiempo, que ya es hora de despertarse del sueño. Porque ahora la salvación está más cerca de nosotros que cuando creímos.
(Romanos 13:11)La noche está muy avanzada, y el día está cerca. Por tanto, desechemos las obras de las tinieblas y vistámonos con las armas de la luz.
(Romanos 13:12)Andemos decentemente, como de día, no en orgías y borracheras, no en promiscuidad sexual y lujurias, no en pleitos y envidias.
(Romanos 13:13)Antes bien, vístanse del Señor Jesucristo, y no piensen en proveer para las lujurias de la carne.
Acepten al que es débil en la fe, pero no para juzgar sus opiniones.
(Romanos 14:1)Uno tiene fe en que puede comer de todo, pero el que es débil sólo come legumbres.
(Romanos 14:2)El que come no desprecie al que no come, y el que no come no juzgue al que come, porque Dios lo ha aceptado.
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Romanos 13:14 - Referencia Cruzada
Porque todos los que fueron bautizados en Cristo, de Cristo se han revestido.
(Gálatas 3:27)y se han vestido del nuevo hombre, el cual se va renovando hacia un verdadero conocimiento, conforme a la imagen de Aquél que lo creó.
(Colosenses 3:10)Pues los que son de Cristo Jesús han crucificado la carne con sus pasiones y deseos.
(Gálatas 5:24)Por tanto, consideren los miembros de su cuerpo terrenal como muertos a la fornicación, la impureza, las pasiones, los malos deseos y la avaricia, que es idolatría.
(Colosenses 3:5)De justicia me vestía, y ella me cubría; Como manto y turbante era mi derecho.
(Job 29:14)Digo, pues: anden por el Espíritu, y no cumplirán el deseo de la carne.
(Gálatas 5:16)Así que, hermanos, somos deudores, no a la carne, para vivir conforme a la carne.
(Romanos 8:12)y se vistan del nuevo hombre, el cual, en la semejanza de Dios, ha sido creado en la justicia y santidad de la verdad.
(Efesios 4:24)Amados, les ruego como a extranjeros y peregrinos, que se abstengan de las pasiones carnales que combaten contra el alma.
(1 Pedro 2:11)No amen al mundo ni las cosas que están en el mundo. Si alguien ama al mundo, el amor del Padre no está en él.
(1 Juan 2:15)