Nueva Biblia Latinoamericana
Y mientras lo apedreaban, Esteban invocaba al Señor y decía: "Señor Jesús, recibe mi espíritu." (Hechos 7:59)
Cayendo de rodillas, clamó en alta voz: "Señor, no les tomes en cuenta este pecado." Habiendo dicho esto, durmió (expiró). (Hechos 7:60)
Y Saulo (Pablo) estaba de completo acuerdo con ellos en su muerte. En aquel día se desató una gran persecución en contra de la iglesia en Jerusalén, y todos fueron esparcidos por las regiones de Judea y Samaria, excepto los apóstoles. (Hechos 8:1)
Algunos hombres piadosos sepultaron a Esteban y lloraron a gran voz por él.
Pero Saulo hacía estragos en la iglesia entrando de casa en casa, y arrastrando a hombres y mujeres, los echaba en la cárcel. (Hechos 8:3)
Así que los que habían sido esparcidos iban predicando (anunciando las buenas nuevas de) la palabra. (Hechos 8:4)
Felipe, descendiendo a la ciudad de Samaria, les predicaba a Cristo (el Mesías). (Hechos 8:5)

Otras publicaciones relacionadas con "Hechos 8:2":

Dr. Roberto Miranda
Hacer la voluntad de Dios y (aún) sufrir
El pastor Roberto Miranda habla sobre la visión de Dios para la iglesia y la importancia de prepararse para ser usados por Él. También aborda el tema del sufrimiento y el martirio en la vida del creyente, y la necesidad de confiar en la fidelidad de Dios en momentos de adversidad. Además, anima a los miembros de la iglesia a participar en la edificación de un nuevo santuario y celebra la santa cena en memoria del sacrificio de Cristo.


Dr. Roberto Miranda
Haciendo la voluntad de Dios y (todavía) sufriendo
El pastor habla sobre la importancia de la voluntad de Dios y cómo enfrentar el sufrimiento y las pruebas con fidelidad.


Dr. Roberto Miranda
La estrategia evangelística de Pablo
Un análisis del primer sermón evangelístico de Pablo en Hechos 13 y la importancia de presentar a Jesús como la culminación de la historia y usar la propia vida y cultura para compartir el Evangelio.


Hechos 8:2 - Referencia Cruzada

No lloren por el muerto ni hagan duelo por él, Lloren amargamente por el que se va cautivo , Porque jamás volverá Ni verá su tierra natal. (Jeremías 22:10)
Por tanto, así dice el SEÑOR acerca de Joacim, hijo de Josías, rey de Judá: "No llorarán por él: '¡Ay, hermano mío!' o '¡Ay, hermana!' No llorarán por él: '¡Ay, señor!' o '¡Ay, su gloria!' (Jeremías 22:18)
Los Israelitas lloraron a Moisés por treinta días en la llanura de Moab; así se cumplieron los días de llanto y duelo por Moisés. (Deuteronomio 34:8)
piadoso y temeroso de Dios con toda su casa, que daba muchas limosnas al pueblo Judío y oraba a Dios continuamente. (Hechos 10:2)
Sara murió en Quiriat Arba, que es Hebrón, en la tierra de Canaán. Abraham fue a hacer duelo por Sara y a llorar por ella. (Génesis 23:2)
Entonces Jeremías entonó una elegía por Josías. Y todos los cantores y cantoras en sus lamentaciones hablan de Josías hasta hoy. Y las establecieron como ordenanza en Israel. También están escritas en las Lamentaciones. (2 Crónicas 35:25)
Había en Jerusalén un hombre que se llamaba Simeón. Este hombre, justo y piadoso, esperaba la consolación de Israel, y el Espíritu Santo estaba sobre él. (Lucas 2:25)
Había Judíos que moraban en Jerusalén, hombres piadosos, procedentes de todas las naciones bajo el cielo. (Hechos 2:5)
Cuando llegaron hasta la era de Atad, que está al otro lado del Jordán, allí hicieron duelo con una grande y dolorosa lamentación. Y José guardó siete días de duelo por su padre. (Génesis 50:10)
Samuel había muerto, y todo Israel lo había llorado, y lo habían sepultado en Ramá su ciudad. Y Saúl había echado de la tierra a los adivinos y espiritistas. (1 Samuel 28:3)
El justo perece, y no hay quien se preocupe; Los hombres piadosos son arrebatados, sin que nadie comprenda. Porque el justo es arrebatado ante el mal, (Isaías 57:1)
Cuando toda la congregación vio que Aarón había muerto, toda la casa de Israel lloró a Aarón por treinta días. (Números 20:29)
Ezequías durmió con sus padres, y lo sepultaron en la parte superior de los sepulcros de los hijos de David; y todo Judá y los habitantes de Jerusalén le rindieron honores en su muerte. Y su hijo Manasés reinó en su lugar. (2 Crónicas 32:33)
Entonces David dijo a Joab y a todo el pueblo que estaba con él: "Rasguen sus vestidos, y cíñanse de cilicio, y hagan duelo delante de Abner." Y el rey David iba detrás del féretro. (2 Samuel 3:31)
Entonces los Judíos que estaban con ella en la casa consolándola, cuando vieron que María se levantó de prisa y salió, la siguieron, suponiendo que iba al sepulcro a llorar allí. (Juan 11:31)