Nueva Biblia Latinoamericana
y de repente vino del cielo un ruido como el de una ráfaga de viento impetuoso que llenó toda la casa donde estaban sentados. (Hechos 2:2)
Se les aparecieron lenguas como de fuego que, repartiéndose, se posaron sobre cada uno de ellos. (Hechos 2:3)
Todos fueron llenos del Espíritu Santo y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba habilidad para expresarse. (Hechos 2:4)
Había Judíos que moraban en Jerusalén, hombres piadosos, procedentes de todas las naciones bajo el cielo.
Al ocurrir este estruendo, la multitud se juntó; y estaban desconcertados porque cada uno los oía hablar en su propia lengua. (Hechos 2:6)
Estaban asombrados y se maravillaban, diciendo: "Miren, ¿no son Galileos todos estos que están hablando? (Hechos 2:7)
¿Cómo es que cada uno de nosotros los oímos hablar en nuestra lengua en la que hemos nacido? (Hechos 2:8)

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Hechos 2:5 - Referencia Cruzada

Algunos hombres piadosos sepultaron a Esteban y lloraron a gran voz por él. (Hechos 8:2)
También guardarás la fiesta de la siega de los primeros frutos de tus labores, de lo que siembres en el campo, y la fiesta de la cosecha al fin del año cuando recojas del campo el fruto de tu trabajo. (Éxodo 23:16)
Uno de ellos, llamado Cleofas, Le dijo: "¿Eres Tú el único visitante en Jerusalén que no sabe las cosas que en ella han acontecido en estos días?" (Lucas 24:18)
Hoy comenzaré a infundir el espanto y terror tuyo sobre los pueblos debajo del cielo, quienes, al oír tu fama, temblarán y se angustiarán a causa de ti.' (Deuteronomio 2:25)
Después que se había ido el ángel que le hablaba, Cornelio llamó a dos de los criados y a un soldado piadoso de los que constantemente le servían. (Hechos 10:7)
Había unos Griegos entre los que subían a adorar en la fiesta; (Juan 12:20)
Esto El hará si en verdad permanecen en la fe bien cimentados y constantes, sin moverse de la esperanza del evangelio que han oído, que fue proclamado a toda la creación debajo del cielo, y del cual yo, Pablo, fui hecho ministro (servidor). (Colosenses 1:23)
Había en Jerusalén un hombre que se llamaba Simeón. Este hombre, justo y piadoso, esperaba la consolación de Israel, y el Espíritu Santo estaba sobre él. (Lucas 2:25)
Pero los Judíos instigaron a las mujeres piadosas (religiosas o devotas) y distinguidas, y a los hombres más prominentes de la ciudad, y provocaron una persecución contra Pablo y Bernabé, y los expulsaron de su región. (Hechos 13:50)
Y este evangelio del reino se predicará en todo el mundo como testimonio a todas las naciones, y entonces vendrá el fin. (Mateo 24:14)
Porque como el relámpago al fulgurar resplandece desde un extremo del cielo hasta el otro extremo del cielo, así será el Hijo del Hombre en Su día. (Lucas 17:24)
El se levantó y fue. Y había un eunuco Etíope, alto oficial de Candace, reina de los Etíopes, el cual estaba encargado de todos sus tesoros, que había venido a Jerusalén para adorar. (Hechos 8:27)
Y uno llamado Ananías, hombre piadoso según las normas de la Ley, y de quien daban buen testimonio todos los Judíos que vivían allí, (Hechos 22:12)
Pero Yo conozco sus obras y sus pensamientos. Llegará el tiempo de juntar a todas las naciones y lenguas, y vendrán y verán Mi gloria. (Isaías 66:18)
Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos juntos (unánimes) en un mismo lugar, (Hechos 2:1)
piadoso y temeroso de Dios con toda su casa, que daba muchas limosnas al pueblo Judío y oraba a Dios continuamente. (Hechos 10:2)
Entonces la palabra del SEÑOR de los ejércitos vino a mí: (Zacarías 8:18)