Nueva Biblia Latinoamericana
Porque en verdad, en esta ciudad se unieron tanto Herodes (Antipas) como Poncio Pilato, junto con los Gentiles y los pueblos de Israel, contra Tu santo Siervo (Hijo) Jesús, a quien Tú ungiste, (Hechos 4:27)
para hacer cuanto Tu mano y Tu propósito habían predestinado que sucediera. (Hechos 4:28)
Ahora, Señor, considera sus amenazas, y permite que Tus siervos hablen Tu palabra con toda confianza, (Hechos 4:29)
mientras extiendes Tu mano para que se hagan curaciones, señales (milagros) y prodigios mediante el nombre de Tu santo Siervo (Hijo) Jesús."
Después que oraron, el lugar donde estaban reunidos tembló, y todos fueron llenos del Espíritu Santo y hablaban la palabra de Dios con valor. (Hechos 4:31)
La congregación (La multitud) de los que creyeron era de un corazón y un alma. Ninguno decía ser suyo lo que poseía, sino que todas las cosas eran de propiedad común. (Hechos 4:32)
Con gran poder los apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor Jesús, y había abundante gracia sobre todos ellos. (Hechos 4:33)

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Hechos 4:30 - Referencia Cruzada

Pero Pedro, haciendo salir a todos, se arrodilló y oró, y volviéndose al cadáver, dijo: "Tabita, levántate." Ella abrió los ojos, y al ver a Pedro, se incorporó. (Hechos 9:40)
Pero el SEÑOR está conmigo como campeón temible; Por tanto, mis perseguidores tropezarán y no prevalecerán. Quedarán muy avergonzados, pues no triunfaron, Tendrán afrenta perpetua que nunca será olvidada. (Jeremías 20:11)
Pero Pedro le dijo: "No tengo plata ni oro, pero lo que tengo te doy: en el nombre de Jesucristo el Nazareno, ¡anda!" (Hechos 3:6)
Cuando los que rodeaban a Jesús vieron lo que iba a suceder, dijeron: "Señor, ¿heriremos a espada?" (Lucas 22:49)
Por mano de los apóstoles se realizaban muchas señales (muchos milagros) y prodigios entre el pueblo; y acostumbraban a estar todos de común acuerdo en el pórtico de Salomón. (Hechos 5:12)
¿O ha intentado dios alguno tomar para sí una nación de en medio de otra nación, con pruebas, con señales y maravillas, con guerra y mano fuerte y con brazo extendido y hechos aterradores, como el SEÑOR tu Dios hizo por ti en Egipto delante de tus ojos? (Deuteronomio 4:34)
Por la fe en Su nombre, es el nombre de Jesús lo que ha fortalecido a este hombre a quien ven y conocen. La fe que viene por medio de Jesús, le ha dado a este esta perfecta sanidad en presencia de todos ustedes. (Hechos 3:16)
sepan todos ustedes, y todo el pueblo de Israel, que en el nombre de Jesucristo el Nazareno, a quien ustedes crucificaron y a quien Dios resucitó de entre los muertos, por El, este hombre se halla aquí sano delante de ustedes. (Hechos 4:10)
Al ver esto, Sus discípulos Jacobo (Santiago) y Juan, dijeron: "Señor, ¿quieres que mandemos que descienda fuego del cielo y los consuma?" (Lucas 9:54)
Tú que lo sabes, oh SEÑOR, Acuérdate de mí, atiéndeme, Y véngame de mis perseguidores. Conforme a Tu paciencia, no dejes que sea yo arrebatado; Sabes que por Ti sufro oprobio. (Jeremías 15:15)
Porque en verdad, en esta ciudad se unieron tanto Herodes (Antipas) como Poncio Pilato, junto con los Gentiles y los pueblos de Israel, contra Tu santo Siervo (Hijo) Jesús, a quien Tú ungiste, (Hechos 4:27)
Sobrevino temor a toda persona; y muchos prodigios y señales (milagros) se hacían por los apóstoles. (Hechos 2:43)
Jesús entonces le dijo: "Si ustedes no ven señales (milagros) y prodigios, no creerán." (Juan 4:48)
Esteban, lleno de gracia y de poder, hacía grandes prodigios y señales (milagros) entre el pueblo. (Hechos 6:8)
Hombres de Israel, escuchen estas palabras: Jesús el Nazareno, varón confirmado por Dios entre ustedes con milagros, prodigios y señales que Dios hizo en medio de ustedes a través de El, tal como ustedes mismos saben. (Hechos 2:22)
Y Pedro le dijo: "Eneas, Jesucristo te sana; levántate y haz tu cama." Y al instante se levantó. (Hechos 9:34)
Por tanto, dile a los Israelitas: 'Yo soy el SEÑOR, y los sacaré de debajo de las cargas de los Egipcios. Los libraré de su esclavitud, y los redimiré con brazo extendido y con grandes juicios. (Éxodo 6:6)
a tal punto que aun sacaban a los enfermos a las calles y los tendían en lechos y camillas, para que al pasar Pedro, siquiera su sombra cayera sobre alguno de ellos. (Hechos 5:15)