Sucedió que cuando se cumplían los días de Su ascensión, Jesús, con determinación, afirmó Su rostro para ir a Jerusalén.
(Lucas 9:51)Y envió mensajeros delante de El; y ellos fueron y entraron en una aldea de los Samaritanos para hacer los preparativos para El.
(Lucas 9:52)Pero no Lo recibieron, porque sabían que había determinado ir a Jerusalén.
(Lucas 9:53)Al ver esto, Sus discípulos Jacobo (Santiago) y Juan, dijeron: "Señor, ¿quieres que mandemos que descienda fuego del cielo y los consuma?"
Pero El, volviéndose, los reprendió, y dijo: "Ustedes no saben de qué espíritu son,
(Lucas 9:55)porque el Hijo del Hombre no ha venido para destruir las almas de los hombres, sino para salvarlas." Y se fueron a otra aldea.
(Lucas 9:56)Mientras ellos iban por el camino, uno Le dijo: "Te seguiré adondequiera que vayas."
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Lucas 9:54 - Referencia Cruzada
Vi una de sus cabezas como herida de muerte, pero su herida mortal fue sanada. Y la tierra entera se maravilló y seguía tras la bestia.
(Apocalipsis 13:3)Y llamó el rey a los Gabaonitas y les habló. (Los Gabaonitas no eran de los Israelitas, sino del remanente de los Amorreos, y los Israelitas habían hecho un pacto con ellos, pero Saúl había procurado matarlos en su celo por los Israelitas y los de Judá.)
(2 Samuel 21:2)Y él dijo: "Ven conmigo y verás mi celo por el SEÑOR." Y lo hizo ir con él en su carro.
(2 Reyes 10:16)Elías respondió al capitán de cincuenta: "Si yo soy hombre de Dios, que descienda fuego del cielo y te consuma a ti y a tus cincuenta." Entonces descendió fuego del cielo, y lo consumió a él y a sus cincuenta.
(2 Reyes 1:10)Pero Jehú no se cuidó de andar en la ley del SEÑOR, Dios de Israel, con todo su corazón, ni se apartó de los pecados con que Jeroboam hizo pecar a Israel.
(2 Reyes 10:31)Pero si tienen celos amargos y ambición personal en su corazón, no sean arrogantes y mientan así contra la verdad.
(Santiago 3:14)Esto lo saben, mis amados hermanos. Pero que cada uno sea pronto para oír, tardo para hablar, tardo para la ira;
(Santiago 1:19)Ahora, Señor, considera sus amenazas, y permite que Tus siervos hablen Tu palabra con toda confianza,
(Hechos 4:29)