Nueva Biblia Latinoamericana
Y Pedro, con muchas otras palabras testificaba solemnemente y les exhortaba (aconsejaba) diciendo: "Sean salvos (Escapen) de esta perversa generación." (Hechos 2:40)
Entonces los que habían recibido su palabra fueron bautizados; y se añadieron aquel día como 3,000 almas (personas). (Hechos 2:41)
Y se dedicaban continuamente a las enseñanzas de los apóstoles, a la comunión, al partimiento del pan y a la oración. (Hechos 2:42)
Sobrevino temor a toda persona; y muchos prodigios y señales (milagros) se hacían por los apóstoles.
Todos los que habían creído estaban juntos y tenían todas las cosas en común; (Hechos 2:44)
vendían todas sus propiedades y sus bienes y los compartían con todos, según la necesidad de cada uno. (Hechos 2:45)
Día tras día continuaban unánimes en el templo y partiendo el pan en los hogares, comían juntos con alegría y sencillez de corazón, (Hechos 2:46)

Otras publicaciones relacionadas con "Hechos 2:43":

Dr. Roberto Miranda
Tres actitudes - perserverar, compartir y orar
En este artículo, el Dr. Roberto Miranda habla sobre la importancia de la vida de comunidad en la vida cristiana y cómo los primeros cristianos perseveraban en la doctrina, compartían y oraban juntos. También destaca la importancia de la autenticidad y el amor en la vida cristiana y cómo estos valores pueden atraer a otros a Jesucristo.


Omar Soto
Da a conocer el amor de Dios en el momento en que Él te ponga la oportunidad
Un mensaje sobre la importancia de vivir según las enseñanzas de Jesús y ser instrumentos de la justicia divina en el mundo.


Hechos 2:43 - Referencia Cruzada

En cada provincia, en cada ciudad y en todo lugar adonde llegaba el mandato del rey y su decreto había alegría y gozo para los Judíos, banquete y día festivo. Y muchos de entre los pueblos de la tierra se hicieron Judíos, porque había caído sobre ellos el temor de los Judíos. (Ester 8:17)
Y Pedro le dijo: "Eneas, Jesucristo te sana; levántate y haz tu cama." Y al instante se levantó. (Hechos 9:34)
Pero Pedro, haciendo salir a todos, se arrodilló y oró, y volviéndose al cadáver, dijo: "Tabita, levántate." Ella abrió los ojos, y al ver a Pedro, se incorporó. (Hechos 9:40)
a tal punto que aun sacaban a los enfermos a las calles y los tendían en lechos y camillas, para que al pasar Pedro, siquiera su sombra cayera sobre alguno de ellos. (Hechos 5:15)
Y la ciudad será para Mí un nombre de gozo, de alabanza y de gloria ante todas las naciones de la tierra, las cuales oirán de todo el bien que Yo le hago, y temerán y temblarán a causa de todo el bien y de toda la paz que Yo le doy.' (Jeremías 33:9)
El temor se apoderó de todos, y glorificaban a Dios, diciendo: "Un gran profeta ha surgido entre nosotros." También decían: "Dios ha visitado a Su pueblo." (Lucas 7:16)
Pero Pedro le dijo: "No tengo plata ni oro, pero lo que tengo te doy: en el nombre de Jesucristo el Nazareno, ¡anda!" (Hechos 3:6)
Con gran poder los apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor Jesús, y había abundante gracia sobre todos ellos. (Hechos 4:33)
Después los Israelitas volverán y buscarán al SEÑOR su Dios y a David su rey; y acudirán temblorosos al SEÑOR y a Su bondad en los últimos días. (Oseas 3:5)
Entonces toda la gente (la multitud) de la región alrededor de los Gadarenos Le pidió a Jesús que se alejara de ellos, porque estaban poseídos de un gran temor. Y El, entrando a una barca, regresó. (Lucas 8:37)
Y estas señales acompañarán a los que han creído: en Mi nombre echarán fuera demonios, hablarán en nuevas lenguas; (Marcus 16:17)
En verdad les digo: el que cree en Mí, las obras que Yo hago, él las hará también; y aun mayores que éstas hará, porque Yo voy al Padre. (Juan 14:12)
Y vino un gran temor sobre toda la iglesia y sobre todos los que supieron estas cosas. (Hechos 5:11)