Y tomándolo de la mano derecha, lo levantó; al instante sus pies y tobillos cobraron fuerza,
(Hechos 3:7)y de un salto se puso en pie y andaba. Entró al templo con ellos caminando, saltando y alabando a Dios.
(Hechos 3:8)Todo el pueblo lo vio andar y alabar a Dios,
(Hechos 3:9)y reconocieron que era el mismo que se sentaba a la puerta del templo, la Hermosa, a pedir limosna, y se llenaron de asombro y admiración por lo que le había sucedido.
Estando el que era cojo aferrado a Pedro y a Juan, todo el pueblo, lleno de asombro, corrió al pórtico llamado de Salomón, donde ellos estaban.
(Hechos 3:11)Al ver esto, Pedro dijo al pueblo: "Hombres de Israel, ¿por qué se maravillan de esto, o por qué nos miran así, como si por nuestro propio poder o piedad le hubiéramos hecho andar?
(Hechos 3:12)El Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, el Dios de nuestros padres (antepasados), ha glorificado a Su Siervo Jesús, al que ustedes entregaron y repudiaron en presencia de Pilato, cuando éste había resuelto poner a Jesús en libertad.
(Hechos 3:13)Otras publicaciones relacionadas con "Hechos 3:10":
Hechos 3:10 - Referencia Cruzada
Y había un hombre, cojo desde su nacimiento, al que llevaban y ponían diariamente a la puerta del templo llamada la Hermosa, para que pidiera limosna a los que entraban al templo.
(Hechos 3:2)Y después de amenazarlos otra vez, los dejaron ir, no hallando la manera de castigarlos por causa del pueblo, porque todos glorificaban a Dios por lo que había acontecido;
(Hechos 4:21)Y todos estaban admirados de la grandeza (majestad) de Dios. Mientras todos se maravillaban de todas las cosas que hacía, Jesús dijo a Sus discípulos:
(Lucas 9:43)Y viendo de pie junto a ellos al hombre que había sido sanado, no tenían nada que decir en contra.
(Hechos 4:14)Pues el Padre ama al Hijo, y Le muestra todo lo que El mismo hace; y obras mayores que éstas Le mostrará, para que ustedes se queden asombrados.
(Juan 5:20)Jesús respondió: "Ni éste pecó, ni sus padres; sino que está ciego para que las obras de Dios se manifiesten en él.
(Juan 9:3)Estaban asombrados y se maravillaban, diciendo: "Miren, ¿no son Galileos todos estos que están hablando?
(Hechos 2:7)Todos estaban asombrados y perplejos, diciéndose unos a otros: "¿Qué quiere decir esto?"
(Hechos 2:12)Pero los Judíos no le creyeron que había sido ciego, y que había recibido la vista, hasta que llamaron a los padres del que había recibido la vista,
(Juan 9:18)Todos se quedaron asombrados, y discutían entre sí: "¿Qué mensaje es éste? Porque con autoridad y poder manda a los espíritus inmundos y salen."
(Lucas 4:36)