Y había en la sinagoga un hombre poseído por el espíritu de un demonio inmundo, y gritó a gran voz: (Lucas 4:33)

Déjanos. ¿Qué tienes que ver con nosotros, Jesús de Nazaret? ¿Has venido a destruirnos? Yo sé quién Tú eres: el Santo de Dios." (Lucas 4:34)

Jesús entonces lo reprendió, diciendo: "¡Cállate y sal de él!" Y después que el demonio lo derribó en medio de ellos, salió de él sin hacerle ningún daño. (Lucas 4:35)

Todos se quedaron asombrados, y discutían entre sí: "¿Qué mensaje es éste? Porque con autoridad y poder manda a los espíritus inmundos y salen."

Y Su fama se divulgaba por todos los lugares de aquella región. (Lucas 4:37)

Levantándose, Jesús salió de la sinagoga y entró en casa de Simón (Pedro). La suegra de Simón se hallaba sufriendo con una fiebre muy alta, y Le rogaron por ella. (Lucas 4:38)

Inclinándose sobre ella, Jesús reprendió la fiebre y la fiebre la dejó; al instante ella se levantó y les servía. (Lucas 4:39)

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Lucas 4:36 - Referencia Cruzada

de tal manera que incluso llevaban pañuelos o delantales de su cuerpo a los enfermos, y las enfermedades los dejaban y los malos espíritus se iban de ellos. (Hechos 19:12)

Después que el demonio había sido expulsado, el mudo habló; y las multitudes se maravillaban, y decían: "Jamás se ha visto cosa igual en Israel." (Mateo 9:33)

Y estaban asombrados en gran manera, y decían: "Todo lo ha hecho bien; aun a los sordos hace oír y a los mudos hablar." (Marcus 7:37)

Y todos se asombraron de tal manera que discutían entre sí, diciendo: "¿Qué es esto? ¡Una enseñanza nueva con autoridad! El manda aun a los espíritus inmundos y Le obedecen." (Marcus 1:27)

Los setenta regresaron con gozo, diciendo: "Señor, hasta los demonios se nos sujetan en Tu nombre." (Lucas 10:17)

Todos se admiraban de Su enseñanza porque Su mensaje (palabra) era con autoridad. (Lucas 4:32)

Y estas señales acompañarán a los que han creído: en Mi nombre echarán fuera demonios, hablarán en nuevas lenguas; (Marcus 16:17)

Entonces trajeron a Jesús un endemoniado ciego y mudo, y lo sanó, de manera que el mudo hablaba y veía. (Mateo 12:22)

quien está a la diestra de Dios, habiendo subido al cielo después de que Le habían sido sometidos ángeles, autoridades y potestades. (1 Pedro 3:22)