Pero Pedro le dijo: "No tengo plata ni oro, pero lo que tengo te doy: en el nombre de Jesucristo el Nazareno, ¡anda!"
(Hechos 3:6)Y tomándolo de la mano derecha, lo levantó; al instante sus pies y tobillos cobraron fuerza,
(Hechos 3:7)y de un salto se puso en pie y andaba. Entró al templo con ellos caminando, saltando y alabando a Dios.
(Hechos 3:8)Todo el pueblo lo vio andar y alabar a Dios,
y reconocieron que era el mismo que se sentaba a la puerta del templo, la Hermosa, a pedir limosna, y se llenaron de asombro y admiración por lo que le había sucedido.
(Hechos 3:10)Estando el que era cojo aferrado a Pedro y a Juan, todo el pueblo, lleno de asombro, corrió al pórtico llamado de Salomón, donde ellos estaban.
(Hechos 3:11)Al ver esto, Pedro dijo al pueblo: "Hombres de Israel, ¿por qué se maravillan de esto, o por qué nos miran así, como si por nuestro propio poder o piedad le hubiéramos hecho andar?
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Hechos 3:9 - Referencia Cruzada
A ti te digo: levántate, toma tu camilla y vete a tu casa."
(Marcus 2:11)Cuando la multitud vio lo que Pablo había hecho, alzaron la voz, diciendo en el idioma de Licaonia: "Los dioses se han hecho semejantes a hombres y han descendido a nosotros."
(Hechos 14:11)Al decir El esto, todos Sus adversarios se avergonzaban, pero toda la multitud se regocijaba por todas las cosas gloriosas hechas por El.
(Lucas 13:17)¿Qué haremos con estos hombres?" decían. "Porque el hecho de que un milagro (una señal) notable ha sido realizado por medio de ellos es evidente a todos los que viven en Jerusalén, y no podemos negarlo.
(Hechos 4:16)Y después de amenazarlos otra vez, los dejaron ir, no hallando la manera de castigarlos por causa del pueblo, porque todos glorificaban a Dios por lo que había acontecido;
(Hechos 4:21)