Nueva Biblia Latinoamericana
Todos fueron llenos del Espíritu Santo y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba habilidad para expresarse. (Hechos 2:4)
Había Judíos que moraban en Jerusalén, hombres piadosos, procedentes de todas las naciones bajo el cielo. (Hechos 2:5)
Al ocurrir este estruendo, la multitud se juntó; y estaban desconcertados porque cada uno los oía hablar en su propia lengua. (Hechos 2:6)
Estaban asombrados y se maravillaban, diciendo: "Miren, ¿no son Galileos todos estos que están hablando?
¿Cómo es que cada uno de nosotros los oímos hablar en nuestra lengua en la que hemos nacido? (Hechos 2:8)
Partos, Medos y Elamitas, habitantes de Mesopotamia, Judea y Capadocia, del Ponto y de Asia (provincia occidental de Asia Menor), (Hechos 2:9)
de Frigia y de Panfilia, de Egipto y de las regiones de Libia (Africa) alrededor de Cirene, viajeros de Roma, tanto Judíos como prosélitos (Gentiles convertidos al Judaísmo), (Hechos 2:10)

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Hechos 2:7 - Referencia Cruzada

Cuando la multitud vio lo que Pablo había hecho, alzaron la voz, diciendo en el idioma de Licaonia: "Los dioses se han hecho semejantes a hombres y han descendido a nosotros." (Hechos 14:11)
Y todos se asombraron de tal manera que discutían entre sí, diciendo: "¿Qué es esto? ¡Una enseñanza nueva con autoridad! El manda aun a los espíritus inmundos y Le obedecen." (Marcus 1:27)
Ellos le respondieron: "¿Es que tú también eres de Galilea? Investiga, y verás que ningún profeta sale de Galilea." (Juan 7:52)
Un poco después se acercaron los que estaban allí y dijeron a Pedro: "Seguro que tú también eres uno de ellos, porque aun tu manera de hablar te descubre." (Mateo 26:73)
Andando Jesús junto al mar de Galilea, vio a dos hermanos, Simón, llamado Pedro, y Andrés su hermano, echando una red al mar, porque eran pescadores. (Mateo 4:18)
Y las multitudes contestaban: "Este es el profeta Jesús, de Nazaret de Galilea." (Mateo 21:11)
y reconocieron que era el mismo que se sentaba a la puerta del templo, la Hermosa, a pedir limosna, y se llenaron de asombro y admiración por lo que le había sucedido. (Hechos 3:10)
Todos estaban asombrados y perplejos, diciéndose unos a otros: "¿Qué quiere decir esto?" (Hechos 2:12)
Y él se levantó, y tomando al instante la camilla, salió a la vista de todos, de manera que todos estaban asombrados, y glorificaban a Dios, diciendo: "Jamás hemos visto cosa semejante." (Marcus 2:12)
que les dijeron: "Varones Galileos, ¿por qué están mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado de ustedes al cielo, vendrá de la misma manera, tal como Lo han visto ir al cielo." (Hechos 1:11)