Había Judíos que moraban en Jerusalén, hombres piadosos, procedentes de todas las naciones bajo el cielo.
(Hechos 2:5)Al ocurrir este estruendo, la multitud se juntó; y estaban desconcertados porque cada uno los oía hablar en su propia lengua.
(Hechos 2:6)Estaban asombrados y se maravillaban, diciendo: "Miren, ¿no son Galileos todos estos que están hablando?
(Hechos 2:7)¿Cómo es que cada uno de nosotros los oímos hablar en nuestra lengua en la que hemos nacido?
Partos, Medos y Elamitas, habitantes de Mesopotamia, Judea y Capadocia, del Ponto y de Asia (provincia occidental de Asia Menor),
(Hechos 2:9)de Frigia y de Panfilia, de Egipto y de las regiones de Libia (Africa) alrededor de Cirene, viajeros de Roma, tanto Judíos como prosélitos (Gentiles convertidos al Judaísmo),
(Hechos 2:10)Cretenses y Arabes, los oímos hablar en nuestros propios idiomas de las maravillas de Dios."
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Hechos 2:8 - Referencia Cruzada