Nueva Biblia Latinoamericana
Mujer, ¿por qué lloras?" le preguntaron. "Porque se han llevado a mi Señor, y no sé dónde Lo han puesto," les contestó ella. (Juan 20:13)
Al decir esto, se volvió y vio a Jesús que estaba allí, pero no sabía que era Jesús. (Juan 20:14)
Mujer, ¿por qué lloras?" le dijo Jesús. "¿A quién buscas?" Ella, pensando que era el que cuidaba el huerto, Le dijo: "Señor, si usted Lo ha llevado, dígame dónde Lo ha puesto, y yo me Lo llevaré." (Juan 20:15)
¡María!" le dijo Jesús. Ella, volviéndose, Le dijo en Hebreo: "¡Raboní!" (que quiere decir Maestro).
Jesús le dijo: "Suéltame (No Me agarres) porque todavía no he subido al Padre; pero ve a Mis hermanos, y diles: 'Subo a Mi Padre y Padre de ustedes, a Mi Dios y Dios de ustedes.'" (Juan 20:17)
María Magdalena fue y anunció a los discípulos: "¡He visto al Señor!," y que El le había dicho estas cosas. (Juan 20:18)
Al atardecer de aquel día, el primero de la semana, y estando cerradas las puertas del lugar donde los discípulos se encontraban por miedo a los Judíos, Jesús vino y se puso en medio de ellos, y les dijo: "Paz a ustedes." (Juan 20:19)

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Juan 20:16 - Referencia Cruzada

El SEÑOR lo volvió a llamar: "¡Samuel!" Y Samuel se levantó, fue a Elí y le dijo: "Aquí estoy, pues me llamó." Elí respondió: "Yo no te he llamado, hijo mío, vuelve a acostarte." (1 Samuel 3:6)
El Señor le respondió: "Marta, Marta, tú estás preocupada y molesta por tantas cosas; (Lucas 10:41)
Pero enseguida Jesús les dijo: "Tengan ánimo, soy Yo; no teman." (Mateo 14:27)
Cuando Lo hallaron al otro lado del mar, Le dijeron: "Rabí (Maestro), ¿cuándo llegaste acá?" (Juan 6:25)
Como a la hora novena (3 p.m.), vio claramente en una visión a un ángel de Dios que entraba a donde él estaba y le decía: "Cornelio." (Hechos 10:3)
Jesús se volvió, y viendo que Lo seguían, les dijo: "¿Qué buscan?" Y ellos Le dijeron: "Rabí (que traducido quiere decir Maestro), ¿dónde Te hospedas?" (Juan 1:38)
Aconteció que después de estas cosas, Dios probó a Abraham, y le dijo: "¡Abraham!" Y él respondió: "Aquí estoy." (Génesis 22:1)
¡Señor mío y Dios mío!" Le dijo Tomás. (Juan 20:28)
Yo dormía, pero mi corazón velaba, ¡Una voz! ¡Mi amado toca a la puerta! 'Abreme, hermana mía, amada mía, Paloma mía, perfecta mía, Pues mi cabeza está empapada de rocío, Mis cabellos empapados de la humedad de la noche.' (Cantares 5:2)
y los saludos respetuosos en las plazas y ser llamados por los hombres Rabí (Maestro). (Mateo 23:7)
¡Una voz! ¡Mi amado! ¡Miren, él viene, Saltando por los montes, Brincando por los collados! (Cantares 2:8)
Mas ahora, así dice el SEÑOR tu Creador, oh Jacob, Y el que te formó, oh Israel: "No temas, porque Yo te he redimido, Te he llamado por tu nombre; Mío eres tú. (Isaías 43:1)
Y ahora, los ojos de ustedes y los ojos de mi hermano Benjamín ven que es mi boca la que les habla. (Génesis 45:12)
Y el SEÑOR respondió a Moisés: "También haré esto que has hablado, por cuanto has hallado gracia ante Mis ojos y te he conocido por tu nombre." (Éxodo 33:17)
Apenas los había pasado Cuando hallé al que ama mi alma; Lo agarré y no quise soltarlo, Hasta que lo llevé a la casa de mi madre Y a la alcoba de la que me concibió." (Cantares 3:4)
Este vino a Jesús de noche y Le dijo: "Rabí, sabemos que has venido de Dios como maestro, porque nadie puede hacer las señales (los milagros) que Tú haces si Dios no está con él." (Juan 3:2)
Habiendo dicho esto, Marta se fue y llamó a su hermana María, diciéndole en secreto: "El Maestro está aquí, y te llama." (Juan 11:28)
Ustedes Me llaman Maestro y Señor; y tienen razón, porque Lo soy. (Juan 13:13)
Al caer a tierra, oyó una voz que le decía: "Saulo, Saulo, ¿por qué Me persigues?" (Hechos 9:4)
Pero el ángel del SEÑOR lo llamó desde el cielo y dijo: "¡Abraham, Abraham!" Y él respondió: "Aquí estoy." (Génesis 22:11)
Cuando el SEÑOR vio que Moisés se acercaba para mirar, Dios lo llamó de en medio de la zarza, y dijo: "¡Moisés, Moisés!" Y él respondió: "Aquí estoy." (Éxodo 3:4)
Rabí, Tú eres el Hijo de Dios, Tú eres el Rey de Israel," respondió Natanael. (Juan 1:49)
A éste le abre el portero, y las ovejas oyen su voz; llama a sus ovejas por nombre y las conduce afuera. (Juan 10:3)
Entonces vino el SEÑOR y se detuvo, y llamó como en las otras ocasiones: "¡Samuel, Samuel!" Y Samuel respondió: "Habla, que Tu siervo escucha." (1 Samuel 3:10)
Hay en Jerusalén, junto a la Puerta de las Ovejas, un estanque que en Hebreo se llama Betesda que tiene cinco pórticos. (Juan 5:2)