Nueva Biblia Latinoamericana
Mientras Jesús estaba todavía hablando, vino alguien de la casa de Jairo, oficial de la sinagoga, diciendo: "Tu hija ha muerto; no molestes más al Maestro." (Lucas 8:49)
Pero cuando Jesús lo oyó, le respondió: "No temas; cree solamente, y ella será sanada." (Lucas 8:50)
Al llegar Jesús a la casa, no permitió que nadie entrara con El sino sólo Pedro, Juan y Jacobo (Santiago), y el padre y la madre de la muchacha. (Lucas 8:51)
Todos la lloraban y se lamentaban; pero El dijo: "No lloren, porque no ha muerto, sino que duerme."
Y se burlaban de El, sabiendo que ella había muerto. (Lucas 8:53)
Pero El, tomándola de la mano, clamó, diciendo: "¡Niña, levántate!" (Lucas 8:54)
Entonces le volvió a ella su espíritu y se levantó al instante, y Jesús mandó que le dieran de comer. (Lucas 8:55)

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Lucas 8:52 - Referencia Cruzada

Fueron a la casa del oficial de la sinagoga, y Jesús vio el alboroto, y a los que lloraban y se lamentaban mucho. (Marcus 5:38)
Cuando Jesús lo oyó, dijo: "Esta enfermedad no es para muerte, sino para la gloria de Dios, para que el Hijo de Dios sea glorificado por medio de ella." (Juan 11:4)
Al oír Esaú las palabras de su padre, clamó con un grande y amargo clamor, y dijo a su padre: "¡Bendíceme, bendíceme también a mí, padre mío!" (Génesis 27:34)
Así dice el SEÑOR de los ejércitos: "Consideren, llamen a las plañideras, que vengan; Envíen por las más hábiles, que vengan, (Jeremías 9:17)
Y derramaré sobre la casa de David y sobre los habitantes de Jerusalén, el Espíritu de gracia y de súplica, y Me mirarán a Mí, a quien han traspasado. Y se lamentarán por El, como quien se lamenta por un hijo único, y llorarán por El, como se llora por un primogénito. (Zacarías 12:10)
El rey se conmovió profundamente, y subió al aposento que había encima de la puerta y lloró. Y decía así mientras caminaba: "¡Hijo mío Absalón; hijo mío, hijo mío Absalón! ¡Quién me diera haber muerto yo en tu lugar! ¡Absalón, hijo mío, hijo mío!" (2 Samuel 18:33)
y dicen: 'Les tocamos la flauta, y no bailaron; entonamos endechas (cantos fúnebres), y no se lamentaron.' (Mateo 11:17)
Y seguía a Jesús una gran multitud del pueblo y de mujeres que lloraban y se lamentaban por El. (Lucas 23:27)
Dijo esto, y después añadió: "Nuestro amigo Lázaro se ha dormido; pero voy a despertarlo." (Juan 11:11)
A los ojos de los Israelitas la apariencia de la gloria del SEÑOR era como un fuego consumidor sobre la cumbre del monte. (Éxodo 24:17)
Sara murió en Quiriat Arba, que es Hebrón, en la tierra de Canaán. Abraham fue a hacer duelo por Sara y a llorar por ella. (Génesis 23:2)