Nueva Biblia Latinoamericana
Y El le dijo: "Hija, tu fe te ha sanado; vete en paz." (Lucas 8:48)
Mientras Jesús estaba todavía hablando, vino alguien de la casa de Jairo, oficial de la sinagoga, diciendo: "Tu hija ha muerto; no molestes más al Maestro." (Lucas 8:49)
Pero cuando Jesús lo oyó, le respondió: "No temas; cree solamente, y ella será sanada." (Lucas 8:50)
Al llegar Jesús a la casa, no permitió que nadie entrara con El sino sólo Pedro, Juan y Jacobo (Santiago), y el padre y la madre de la muchacha.
Todos la lloraban y se lamentaban; pero El dijo: "No lloren, porque no ha muerto, sino que duerme." (Lucas 8:52)
Y se burlaban de El, sabiendo que ella había muerto. (Lucas 8:53)
Pero El, tomándola de la mano, clamó, diciendo: "¡Niña, levántate!" (Lucas 8:54)

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Lucas 8:51 - Referencia Cruzada

Pero Pedro, haciendo salir a todos, se arrodilló y oró, y volviéndose al cadáver, dijo: "Tabita, levántate." Ella abrió los ojos, y al ver a Pedro, se incorporó. (Hechos 9:40)
Dame a tu hijo," le respondió Elías. Y él lo tomó de su regazo y lo llevó a la cámara alta donde él vivía, y lo acostó en su propia cama. (1 Reyes 17:19)
No clamará ni alzará Su voz, Ni hará oír Su voz en la calle. (Isaías 42:2)
Luego entra y cierra la puerta detrás de ti y de tus hijos y echas el aceite en todas estas vasijas, poniendo aparte las que estén llenas." (2 Reyes 4:4)
Y como ocho días después de estas palabras, Jesús tomó con El a Pedro, a Juan y a Jacobo (Santiago), y subió al monte a orar. (Lucas 9:28)
Cuando ustedes oren, no sean como los hipócritas; porque a ellos les gusta ponerse en pie y orar en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos por los hombres. En verdad les digo que ya han recibido su recompensa. (Mateo 6:5)
Simón, a quien también llamó Pedro, y Andrés su hermano; Jacobo (Santiago) y Juan; Felipe y Bartolomé; (Lucas 6:14)
Y no permitió que nadie fuera con El sino sólo Pedro, Jacobo (Santiago) y Juan, hermano de Jacobo. (Marcus 5:37)
Entonces subió y se acostó sobre el niño, y puso la boca sobre su boca, los ojos sobre sus ojos y las manos sobre sus manos, y se tendió sobre él; y la carne del niño entró en calor. (2 Reyes 4:34)
Tomó con El a Pedro, a Jacobo (Santiago) y a Juan, y comenzó a afligirse y a angustiarse mucho. (Marcus 14:33)