Nueva Biblia Latinoamericana
Y Jesús le dijo: "Simón, tengo algo que decirte.""Di, Maestro," le contestó. (Lucas 7:40)
Cierto prestamista tenía dos deudores; uno le debía 500 denarios (salario de 500 días) y el otro cincuenta; (Lucas 7:41)
y no teniendo ellos con qué pagar, perdonó generosamente a los dos. ¿Cuál de ellos, entonces, lo amará más?" (Lucas 7:42)
Supongo que aquél a quien le perdonó más," respondió Simón. Y Jesús le dijo: "Has juzgado correctamente."
Y volviéndose hacia la mujer, le dijo a Simón: "¿Ves esta mujer? Yo entré a tu casa y no Me diste agua para Mis pies, pero ella ha regado Mis pies con sus lágrimas y los ha secado con sus cabellos. (Lucas 7:44)
No Me diste beso, pero ella, desde que entré, no ha cesado de besar Mis pies. (Lucas 7:45)
No ungiste Mi cabeza con aceite, pero ella ungió Mis pies con perfume. (Lucas 7:46)

Otras publicaciones relacionadas con "Lucas 7:43":

Faustino de Jesús Zamora Vargas
Un privilegio del pueblo de Dios
Un artículo sobre el amor, el perdón y seguir el ejemplo de Jesús en el trato a nuestros prójimos.


Dr. Roberto Miranda
Tenemos un Dios que se interesa en nosotros
En este artículo, el Dr. Roberto Miranda habla sobre cómo Dios se interesa por nosotros y quiere sanarnos en todas las áreas de nuestra vida, destacando la importancia de la oración detallada y exponer todos los detalles de nuestra situación a Dios.


Lucas 7:43 - Referencia Cruzada

Porque yo soy el más insignificante de los apóstoles, que no soy digno de ser llamado apóstol, pues perseguí a la iglesia de Dios. (1 Corintios 15:9)
Mientras iban ellos de camino, Jesús entró en cierta aldea; y una mujer llamada Marta Lo recibió en su casa. (Lucas 10:38)
Por lo cual te digo que sus pecados, que son muchos, han sido perdonados, porque amó mucho; pero a quien poco se le perdona, poco ama." (Lucas 7:47)
¡Ah, SEÑOR! Ciertamente yo soy Tu siervo, Siervo Tuyo soy, hijo de Tu sierva; Tú desataste mis ataduras. (Salmos 116:16)
aun habiendo sido yo antes blasfemo, perseguidor y agresor. Sin embargo, se me mostró misericordia porque lo hice por ignorancia en mi incredulidad. (1 Timoteo 1:13)
Viendo Jesús que él había respondido sabiamente, le dijo: "No estás lejos del reino de Dios." Y después de eso, nadie se aventuraba a hacer más preguntas. (Marcus 12:34)
Pues el amor de Cristo nos apremia (nos controla), habiendo llegado a esta conclusión: que Uno murió por todos, y por consiguiente, todos murieron. (2 Corintios 5:14)