Nueva Biblia Latinoamericana
Y todo el que haya dejado casas, o hermanos, o hermanas, o padre, o madre, o hijos o tierras por Mi nombre, recibirá cien veces más, y heredará la vida eterna. (Mateo 19:29)
Pero muchos primeros serán últimos, y los últimos, primeros. (Mateo 19:30)
Porque el reino de los cielos es semejante a un hacendado que salió muy de mañana para contratar obreros para su viña. (Mateo 20:1)
Y habiendo convenido con los obreros en un denario (moneda romana; salario de un día) al día, los envió a su viña.
Salió después como a la hora tercera (9 a.m.), y vio parados en la plaza a otros que estaban sin trabajo; (Mateo 20:3)
y a éstos les dijo: 'Vayan también ustedes a la viña, y les daré lo que sea justo.' Y ellos fueron. (Mateo 20:4)
Volvió a salir como a la hora sexta (mediodía) y a la novena (3 p.m.), e hizo lo mismo. (Mateo 20:5)

Otras publicaciones relacionadas con "Mateo 20:2":

Gregory Bishop
El joven rico
Una historia bíblica sobre un joven rico que busca la vida eterna y la respuesta de Jesús a su pregunta.


Dr. Roberto Miranda
Hay que morir para vivir
En este sermón se habla sobre la historia del joven rico en el Evangelio según San Marcos y la importancia de tener una relación personal con Dios y no buscar la felicidad en el materialismo.


Mateo 20:2 - Referencia Cruzada

Entonces Salomón le respondió: "Tú has mostrado gran misericordia a Tu siervo David mi padre, según él anduvo delante de Ti con fidelidad, justicia y rectitud de corazón hacia Ti; y has guardado para él esta gran misericordia, en que le has dado un hijo que se siente en su trono, como sucede hoy. (1 Reyes 3:6)
Al día siguiente, sacando dos denarios (salario de dos días) se los dio al mesonero, y dijo: 'Cuídelo, y todo lo demás que gaste, cuando yo regrese se lo pagaré.' (Lucas 10:35)
Porque en el octavo año de su reinado, siendo aún joven, comenzó a buscar al Dios de su padre David; y en el año doce empezó a purificar a Judá y a Jerusalén de los lugares altos, de las Aseras, de las imágenes talladas y de las imágenes fundidas. (2 Crónicas 34:3)
Samuel preguntó: "¿Son éstos todos tus hijos?" Isaí respondió: "Aún queda el menor, es el que está apacentando las ovejas." Samuel insistió: "Manda a buscarlo, pues no nos sentaremos a la mesa hasta que él venga acá." (1 Samuel 16:11)
Acuérdate, pues, de tu Creador en los días de tu juventud, Antes que vengan los días malos, Y se acerquen los años en que digas: "No tengo en ellos placer." (Eclesiastés 12:1)
Y el niño Samuel crecía en estatura y en gracia para con el SEÑOR y para con los hombres. (1 Samuel 2:26)
El joven Samuel servía (ministraba) al SEÑOR en presencia de Elí. La palabra del SEÑOR escaseaba en aquellos días, y las visiones no eran frecuentes. (1 Samuel 3:1)
Pero respondiendo el hacendado, dijo a uno de ellos: 'Amigo, no te hago ninguna injusticia; ¿no conviniste conmigo en un denario? (Mateo 20:13)
Ahora pues, si en verdad escuchan Mi voz y guardan Mi pacto, serán Mi especial tesoro entre todos los pueblos, porque Mía es toda la tierra. (Éxodo 19:5)
Desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden dar la sabiduría que lleva a la salvación mediante la fe en Cristo Jesús. (2 Timoteo 3:15)
Traigan la moneda que se usa para pagar ese impuesto." Y Le trajeron un denario (salario de un día). (Mateo 22:19)
Y oí como una voz en medio de los cuatro seres vivientes que decía: "Un litro de trigo por un denario (el salario de un día), y tres litros de cebada por un denario, y no dañes el aceite y el vino." (Apocalipsis 6:6)
Acércate tú, y oye lo que el SEÑOR nuestro Dios dice; entonces dinos todo lo que el SEÑOR nuestro Dios te diga, y lo escucharemos y lo haremos.' (Deuteronomio 5:27)
Pero al salir aquel siervo, encontró a uno de sus consiervos que le debía 100 denarios (salario de 100 días), y echándole mano, lo ahogaba, diciendo: 'Paga lo que debes.' (Mateo 18:28)
Samuel, siendo niño, ministraba delante del SEÑOR usando un efod de lino. (1 Samuel 2:18)
Y el SEÑOR se volvió a aparecer en Silo. Porque el SEÑOR se revelaba a Samuel en Silo por la palabra del SEÑOR. (1 Samuel 3:21)
porque él será grande delante del Señor. No beberá vino ni licor, y será lleno del Espíritu Santo aun desde el vientre de su madre, (Lucas 1:15)
Y sucederá que cuando lo deje, el Espíritu del SEÑOR lo llevará adonde yo no sepa; así que cuando yo vaya y se lo diga a Acab y él no pueda encontrarlo, me matará, aunque yo su siervo he temido (reverenciado) al SEÑOR desde mi juventud. (1 Reyes 18:12)