Y él dijo: "¿Qué pecado he cometido, que entrega a su siervo en manos de Acab para que me mate?
(1 Reyes 18:9)
Vive el SEÑOR su Dios, que no hay nación ni reino adonde mi señor no haya enviado a buscarlo; y cuando decían: 'No está aquí,' hacía jurar al reino o a la nación que no lo habían hallado.
(1 Reyes 18:10)
Y ahora dices: 'Ve, dile a tu señor: "Aquí está Elías."'
(1 Reyes 18:11)
Y sucederá que cuando lo deje, el Espíritu del SEÑOR lo llevará adonde yo no sepa; así que cuando yo vaya y se lo diga a Acab y él no pueda encontrarlo, me matará, aunque yo su siervo he temido (reverenciado) al SEÑOR desde mi juventud.
¿No le han contado a mi señor lo que hice cuando Jezabel mató a los profetas del SEÑOR, que escondí a cien de los profetas del SEÑOR de cincuenta en cincuenta en una cueva, y los sustenté con pan y agua?
(1 Reyes 18:13)
Y ahora usted me dice: 'Ve, dile a tu señor: "Aquí está Elías"'; entonces me matará."
(1 Reyes 18:14)
Elías le dijo: "Vive el SEÑOR de los ejércitos, delante de quien estoy, que hoy ciertamente me mostraré a él."
(1 Reyes 18:15)
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1 Reyes 18:12 - Referencia Cruzada
En el año veinticinco de nuestro destierro, al principio del año, a los diez días del mes, catorce años después de haber sido tomada la ciudad, en aquel mismo día vino sobre mí la mano del SEÑOR, y me llevó allá.
(Ezequiel 40:1)
Samuel, siendo niño, ministraba delante del SEÑOR usando un efod de lino.
(1 Samuel 2:18)
Samuel creció, y el SEÑOR estaba con él. No dejó sin cumplimiento ninguna de sus palabras.
(1 Samuel 3:19)
Y el Espíritu me levantó y me llevó a Caldea (Babilonia), a los desterrados, en visión por el Espíritu de Dios. Y se alejó de mí la visión que había visto.
(Ezequiel 11:24)
El rey mandó llamar al sacerdote Ahimelec, hijo de Ahitob, y a toda la casa de su padre, los sacerdotes que estaban en Nob, y todos ellos vinieron al rey.
(1 Samuel 22:11)
Al salir ellos del agua, el Espíritu del Señor arrebató a Felipe; y no lo vio más el eunuco, que continuó su camino gozoso.
(Hechos 8:39)
El temor del SEÑOR es aborrecer el mal. El orgullo, la arrogancia, el mal camino Y la boca perversa, yo aborrezco.
(Proverbios 8:13)
¿Quién hay entre ustedes que tema al SEÑOR, Que oiga la voz de Su siervo, Que ande en tinieblas y no tenga luz? Confíe en el nombre del SEÑOR y apóyese en su Dios.
(Isaías 50:10)
El rey respondió a los Caldeos: "Mis órdenes son firmes: si no me dan a conocer el sueño y su interpretación, serán descuartizados y sus casas serán reducidas a escombros.
(Daniel 2:5)
Entonces Jesús fue llevado por el Espíritu (Santo) al desierto para ser tentado (puesto a prueba) por el diablo.
(Mateo 4:1)
porque él será grande delante del Señor. No beberá vino ni licor, y será lleno del Espíritu Santo aun desde el vientre de su madre,
(Lucas 1:15)
Y extendió algo semejante a una mano y me tomó por un mechón de mi cabello; y el Espíritu me alzó entre la tierra y el cielo y me llevó a Jerusalén en visiones de Dios, a la entrada de la puerta que mira al norte del atrio interior, allí donde estaba la morada del ídolo de los celos que provoca los celos.
(Ezequiel 8:3)
Herodes (Agripa I), después de buscarlo y no encontrarlo, interrogó a los guardias y ordenó que los llevaran para matarlos . Después de esto Herodes (Agripa I) descendió de Judea a Cesarea, y se quedó allí por un tiempo.
(Hechos 12:19)
Mientras ellos iban andando y hablando, de pronto, apareció un carro de fuego y caballos de fuego que separó a los dos. Y Elías subió al cielo en un torbellino.
(2 Reyes 2:11)
Desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden dar la sabiduría que lleva a la salvación mediante la fe en Cristo Jesús.
(2 Timoteo 3:15)
Conozco a un hombre en Cristo, que hace catorce años (no sé si en el cuerpo, no sé si fuera del cuerpo, Dios lo sabe) el tal fue arrebatado hasta el tercer cielo.
(2 Corintios 12:2)
La mano del SEÑOR vino sobre mí, y me sacó en el Espíritu del SEÑOR, y me puso en medio del valle que estaba lleno de huesos.
(Ezequiel 37:1)
Entonces el Espíritu me levantó, y oí detrás de mí un gran ruido atronador: "Bendita sea la gloria del SEÑOR desde Su lugar."
(Ezequiel 3:12)
Porque en el octavo año de su reinado, siendo aún joven, comenzó a buscar al Dios de su padre David; y en el año doce empezó a purificar a Judá y a Jerusalén de los lugares altos, de las Aseras, de las imágenes talladas y de las imágenes fundidas.
(2 Crónicas 34:3)
y le dijeron: "Aquí entre tus siervos hay cincuenta hombres fuertes; te rogamos que los dejes ir a buscar a tu señor; tal vez el Espíritu del SEÑOR lo ha levantado y lo ha echado en algún monte o en algún valle." Y él dijo: "No los envíen."
(2 Reyes 2:16)
Y el niño Samuel crecía en estatura y en gracia para con el SEÑOR y para con los hombres.
(1 Samuel 2:26)
Oh Dios, Tú me has enseñado desde mi juventud, Y hasta ahora he anunciado Tus maravillas.
(Salmos 71:17)
Bueno es que retengas esto Sin soltar aquello de tu mano; Porque el que teme a Dios se sale con todo ello.
(Eclesiastés 7:18)
Herodes (el Grande), al verse burlado por los sabios (magos), se enfureció en gran manera, y mandó matar a todos los niños que había en Belén y en todos sus alrededores, de dos años para abajo, según el tiempo que había averiguado de los sabios (magos).
(Mateo 2:16)