Nueva Biblia Latinoamericana
Y nadie echa vino nuevo en odres viejos, porque entonces los odres se revientan, el vino se derrama y los odres se pierden; sino que se echa vino nuevo en odres nuevos, y ambos se conservan." (Mateo 9:17)
Mientras Jesús les decía estas cosas, vino un oficial de la sinagoga y se postró delante de El, diciendo: "Mi hija acaba de morir; pero ven y pon Tu mano sobre ella, y vivirá." (Mateo 9:18)
Levantándose Jesús, lo siguió, y también Sus discípulos. (Mateo 9:19)
Y una mujer que había estado sufriendo de flujo de sangre por doce años, se Le acercó por detrás y tocó el borde de Su manto;
pues decía para sí: "Si tan sólo toco Su manto, sanaré." (Mateo 9:21)
Pero Jesús, volviéndose y viéndola, dijo: "Hija, ten ánimo, tu fe te ha sanado." Y al instante la mujer quedó sana. (Mateo 9:22)
Cuando Jesús entró en la casa del oficial, y vio a los flautistas y al gentío en ruidoso desorden, (Mateo 9:23)

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Mateo 9:20 - Referencia Cruzada

Habla a los Israelitas y diles que se hagan flecos en los bordes de sus vestidos, por sus generaciones, y que pongan en el fleco de cada borde un cordón azul. (Números 15:38)
a tal punto que aun sacaban a los enfermos a las calles y los tendían en lechos y camillas, para que al pasar Pedro, siquiera su sombra cayera sobre alguno de ellos. (Hechos 5:15)
Llegaron a Betsaida, y trajeron a Jesús un ciego y Le rogaron que lo tocara. (Marcus 8:22)
Había una mujer que padecía de flujo de sangre por doce años. (Marcus 5:25)
Te harás borlas en las cuatro puntas del manto con que te cubras. (Deuteronomio 22:12)
Si una mujer tiene un flujo de sangre por muchos días, no en el período de su impureza menstrual, o si tiene un flujo después de ese período, todos los días de su flujo impuro continuará como en los días de su impureza menstrual; es inmunda. (Levítico 15:25)
Y una mujer que había tenido un flujo de sangre por doce años y que había gastado en médicos todo cuanto tenía, sin que nadie pudiera curarla, (Lucas 8:43)
Sino que hacen todas sus obras para ser vistos por los hombres; pues agrandan sus distintivos religiosos (filacterias) y alargan los adornos (flecos) de sus mantos . (Mateo 23:5)
de tal manera que incluso llevaban pañuelos o delantales de su cuerpo a los enfermos, y las enfermedades los dejaban y los malos espíritus se iban de ellos. (Hechos 19:12)
Y Le rogaban que les dejara tocar siquiera el borde de Su manto; y todos los que lo tocaban quedaban curados. (Mateo 14:36)
Dondequiera que El entraba en aldeas, ciudades o campos, ponían a los enfermos en las plazas, y Le rogaban que les permitiera tocar siquiera el borde de Su manto; y todos los que lo tocaban quedaban curados. (Marcus 6:56)