Pero al rayar el alba del día siguiente Dios dispuso que un gusano atacara la planta, y ésta se secó.
(Jonás 4:7)Y sucedió que al salir el sol, Dios dispuso un sofocante viento del este, y el sol hirió la cabeza de Jonás, así que él desfallecía, y con toda su alma deseaba morir, y decía: "Mejor me es la muerte que la vida."
(Jonás 4:8)Entonces Dios le preguntó a Jonás: "¿Tienes acaso razón para enojarte por causa de la planta?" "Tengo mucha razón para enojarme hasta la muerte," le respondió.
(Jonás 4:9)Entonces el SEÑOR le dijo: "Tú te apiadaste de la planta por la que no trabajaste ni hiciste crecer, que nació en una noche y en una noche pereció,
¿y no he de apiadarme Yo de Nínive, la gran ciudad, en la que hay más de 120,000 personas que no saben distinguir entre su derecha y su izquierda, y también muchos animales?"
(Jonás 4:11)Palabra del SEÑOR que vino a Miqueas de Moréset en los días de Jotam, Acaz y Ezequías, reyes de Judá; lo que vio acerca de Samaria y Jerusalén.
(Miqueas 1:1)Oigan, pueblos todos, Escucha, tierra y cuanto hay en ti; Sea el Señor DIOS testigo contra ustedes, El Señor desde Su santo templo.
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