Nueva Biblia Latinoamericana
Y cada uno de los querubines tenía cuatro caras. La primera cara era la cara de un querubín, la segunda, la cara de un hombre, la tercera, la cara de un león y la cuarta, la cara de un águila. (Ezequiel 10:14)
Entonces los querubines se levantaron. Estos eran los seres vivientes que yo había visto en el río Quebar. (Ezequiel 10:15)
Cuando los querubines andaban, las ruedas andaban a su lado; y cuando los querubines alzaban sus alas para elevarse del suelo, las ruedas no se apartaban de su lado. (Ezequiel 10:16)
Cuando los querubines se detenían, las ruedas se detenían, y cuando se levantaban, las ruedas se levantaban con ellos, porque el espíritu de los seres vivientes estaba en ellas.
Entonces la gloria del SEÑOR salió de sobre el umbral del templo y se puso sobre los querubines. (Ezequiel 10:18)
Cuando los querubines alzaron sus alas y se elevaron del suelo ante mis ojos salieron con las ruedas a su lado, y se detuvieron a la entrada de la puerta oriental de la casa del SEÑOR. Y la gloria del Dios de Israel estaba por encima, sobre ellos. (Ezequiel 10:19)
Estos eran los seres vivientes que yo había visto debajo del Dios de Israel junto al río Quebar; entonces supe que eran querubines. (Ezequiel 10:20)

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Ezequiel 10:17 - Referencia Cruzada

Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús te ha libertado de la ley del pecado y de la muerte. (Romanos 8:2)
Adondequiera que iba el espíritu, iban ellos en esa dirección. Y las ruedas se levantaban junto con ellos; porque el espíritu de los seres vivientes estaba en las ruedas. (Ezequiel 1:20)
Pero después de los tres días y medio, el aliento de vida de parte de Dios vino a ellos y se pusieron en pie, y gran temor cayó sobre quienes los contemplaban. (Apocalipsis 11:11)
Cada uno iba de frente hacia adelante; adondequiera que iba el espíritu, iban ellos, sin volverse cuando andaban. (Ezequiel 1:12)
Entonces el SEÑOR Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz el aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente. (Génesis 2:7)