Nueva Biblia Latinoamericana
Esperábamos paz, pero no vino ningún bien; Tiempo de curación, pero sobrevino terror. (Jeremías 8:15)
Desde Dan se oye el resoplido de sus caballos; Al sonido de los relinchos de sus corceles, Tiembla toda la tierra; Vienen y devoran la tierra y cuanto hay en ella, La ciudad y los que en ella habitan. (Jeremías 8:16)
Porque Yo envío contra ustedes serpientes, áspides contra los cuales no hay encantamiento, Y los morderán," declara el SEÑOR. (Jeremías 8:17)
Mi tristeza no tiene remedio, Mi corazón desfallece en mí .
La voz del clamor de la hija de mi pueblo desde una tierra lejana es esta: "¿No está el SEÑOR en Sion? ¿No está su rey en ella?" "¿Por qué Me han provocado con sus imágenes talladas, con ídolos extranjeros?" (Jeremías 8:19)
Pasó la siega, terminó el verano, Y nosotros no hemos sido salvados." (Jeremías 8:20)
Por el quebrantamiento de la hija de mi pueblo estoy quebrantado; Ando enlutado, el espanto se ha apoderado de mí. (Jeremías 8:21)

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Jeremías 8:18 - Referencia Cruzada

Por estas cosas lloro yo; Mis ojos derraman agua, Porque lejos de mí está el consolador, El que reanima mi alma. Mis hijos están desolados Porque ha prevalecido el enemigo." (Lamentaciones 1:16)
Y uno semejante a un hombre tocó mis labios. Entonces abrí mi boca y hablé, y dije al que estaba delante de mí: "Señor mío, a causa de la visión me ha invadido la angustia y me he quedado sin fuerzas. (Daniel 10:16)
Por esto está abatido nuestro corazón, Por estas cosas se nublan nuestros ojos, (Lamentaciones 5:17)
Oí, y se estremecieron mis entrañas; A Tu voz temblaron mis labios. Entra podredumbre en mis huesos, Y tiemblo donde estoy. Tranquilo espero el día de la angustia, Al pueblo que se levantará para invadirnos. (Habacuc 3:16)
Hemos oído de su fama, Flaquean nuestras manos. La angustia se ha apoderado de nosotros, Dolor como de mujer de parto. (Jeremías 6:24)
¡Ay de mí, por mi quebranto! Mi herida es incurable. Pero yo me dije: "De cierto ésta es una enfermedad, Y debo soportarla." (Jeremías 10:19)
Si digo: 'Mi cama me consolará, Mi lecho atenuará mi queja,' (Job 7:13)
Por tanto digo: 'Aparten de mí la mirada, Déjenme llorar amargamente. No traten de consolarme por la destrucción de la hija de mi pueblo'. (Isaías 22:4)