Nueva Biblia Latinoamericana
Puesto que la palabra del rey es soberana, ¿quién le dirá: "Qué haces?" (Eclesiastés 8:4)
El que guarda el mandato real no experimenta ningún mal; Porque el corazón del sabio conoce el tiempo y el modo de hacerlo. (Eclesiastés 8:5)
Porque para cada deleite hay un tiempo y un modo, Aunque la aflicción del hombre sea mucha sobre él. (Eclesiastés 8:6)
Si nadie sabe qué sucederá, ¿Quién le anunciará cómo ha de suceder?
No hay hombre que tenga potestad para refrenar el viento con el viento, Ni potestad sobre el día de la muerte. No se da licencia en tiempo de guerra, Ni la impiedad salvará a los que la practican. (Eclesiastés 8:8)
Todo esto he visto, y he puesto mi corazón en toda obra que se hace bajo el sol, cuando el hombre domina a otro hombre para su mal. (Eclesiastés 8:9)
También he visto a los impíos ser sepultados, los que entraban y salían del lugar santo, y que fueron pronto olvidados en la ciudad en que así habían actuado. También esto es vanidad. (Eclesiastés 8:10)

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Eclesiastés 8:7 - Referencia Cruzada

El hombre que después de mucha reprensión se pone terco, De repente será quebrantado sin remedio. (Proverbios 29:1)
He visto que no hay nada mejor para el hombre que gozarse en sus obras, porque ésa es su suerte. Porque ¿quién le hará ver lo que ha de suceder después de él? (Eclesiastés 3:22)
Por eso, también ustedes estén preparados, porque a la hora que no piensan vendrá el Hijo del Hombre. (Mateo 24:44)
Pero a medianoche se oyó un clamor: '¡Aquí está el novio! Salgan a recibirlo.' (Mateo 25:6)
Porque de repente se levantará su desgracia, Y la destrucción que vendrá de ambos, ¿quién la sabe? (Proverbios 24:22)
vendrá el señor de aquel siervo el día que no lo espera, y a una hora que no sabe, (Mateo 24:50)
Porque el hombre tampoco conoce su tiempo: Como peces atrapados en la red traicionera Y como aves apresadas en la trampa, Así son atrapados los hijos de los hombres en el tiempo malo Cuando éste cae de repente sobre ellos. (Eclesiastés 9:12)
Ahora bien, hermanos, con respecto a los tiempos y a las épocas, no tienen necesidad de que se les escriba nada. (1 Tesalonicenses 5:1)
Porque, ¿quién sabe lo que es bueno para el hombre durante su vida, en los contados días de su vana vida? Los pasará como una sombra. Pues, ¿quién hará saber al hombre lo que sucederá después de él bajo el sol? (Eclesiastés 6:12)
El necio multiplica las palabras, Pero nadie sabe lo que sucederá, ¿Y quién le hará saber lo que ha de suceder después de él? (Eclesiastés 10:14)