Pues el Señor mismo descenderá del cielo con voz de mando, con voz de arcángel y con la trompeta de Dios, y los muertos en Cristo se levantarán primero.
(1 Tesalonicenses 4:16)Entonces nosotros, los que estemos vivos y que permanezcamos, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes al encuentro del Señor en el aire, y así estaremos con el Señor siempre.
(1 Tesalonicenses 4:17)Ahora bien, hermanos, con respecto a los tiempos y a las épocas, no tienen necesidad de que se les escriba nada.
Pues ustedes mismos saben perfectamente que el día del Señor vendrá así como un ladrón en la noche;
(1 Tesalonicenses 5:2)que cuando estén diciendo: "Paz y seguridad," entonces la destrucción vendrá sobre ellos repentinamente, como dolores de parto a una mujer que está encinta, y no escaparán.
(1 Tesalonicenses 5:3)Pero ustedes, hermanos, no están en tinieblas, para que el día los sorprenda como ladrón;
(1 Tesalonicenses 5:4)Otras publicaciones relacionadas con "1 Tesalonicenses 5:1":
1 Tesalonicenses 5:1 - Referencia Cruzada
Estando Jesús sentado en el Monte de los Olivos, se acercaron a El los discípulos en privado, y Le preguntaron: "Dinos, ¿cuándo sucederá esto, y cuál será la señal de Tu venida y de la consumación de este siglo?"
(Mateo 24:3)Pero en cuanto al amor fraternal, no tienen necesidad de que nadie les escriba, porque ustedes mismos han sido enseñados por Dios a amarse unos a otros.
(1 Tesalonicenses 4:9)Amados, por el gran empeño que tenía en escribirles acerca de nuestra común salvación, he sentido la necesidad de escribirles exhortándolos a luchar ardientemente por la fe que de una vez para siempre fue entregada a los santos.
(Judas 1:3)Porque en cuanto a este servicio a los santos, es por demás que yo les escriba.
(2 Corintios 9:1)Jesús les contestó: "No les corresponde a ustedes saber los tiempos ni las épocas que el Padre ha fijado con Su propia autoridad;
(Hechos 1:7)En verdad les digo que no pasará esta generación hasta que todo esto suceda.
(Marcus 13:30)Pero de aquel día y hora nadie sabe, ni siquiera los ángeles del cielo, ni el Hijo, sino sólo el Padre.
(Mateo 24:36)