Nueva Biblia Latinoamericana
No hay memoria de las cosas primeras Ni tampoco de las postreras que sucederán; No habrá memoria de ellas Entre los que vendrán después. (Eclesiastés 1:11)
Yo, el Predicador, he sido rey sobre Israel en Jerusalén. (Eclesiastés 1:12)
Y apliqué mi corazón a buscar e investigar con sabiduría todo lo que se ha hecho bajo el cielo. Tarea dolorosa dada por Dios a los hijos de los hombres para ser afligidos con ella. (Eclesiastés 1:13)
He visto todas las obras que se han hecho bajo el sol, y he observado que todo es vanidad y correr tras el viento.
Lo torcido no puede enderezarse, Y lo que falta no se puede contar. (Eclesiastés 1:15)
Yo me dije: "Yo he engrandecido y aumentado en sabiduría más que todos los que estuvieron antes de mí sobre Jerusalén; mi corazón ha contemplado mucha sabiduría y conocimiento." (Eclesiastés 1:16)
Y apliqué mi corazón a conocer la sabiduría y a conocer la locura y la insensatez. Me di cuenta de que esto también es correr tras el viento. (Eclesiastés 1:17)

Otras publicaciones relacionadas con "Eclesiastés 1:14":

Mercedes López-Miranda
Necesitamos desesperadamente sabiduría
En este artículo, la autora Mercedes López-Miranda habla sobre la importancia de buscar la sabiduría divina en lugar de la sabiduría terrenal. La sabiduría divina trae orden y estabilidad a la vida y permite estar en una actitud de vigilancia en términos de decisiones sabias.


Omar Soto
Buscar sabiduria
En este sermón, el autor habla sobre la importancia de buscar sabiduría en Dios y cómo esto puede ayudarnos a vivir nuestras vidas diarias. Se compara la sabiduría con la riqueza y se anima a enfocarse en el presente y pensar en el futuro en momentos de adversidad. La oración es una oportunidad para pedir sabiduría y transformación personal para poder ser agentes de cambio en el mundo.


Eclesiastés 1:14 - Referencia Cruzada

Porque a la persona que Le agrada, El le ha dado sabiduría, conocimiento y gozo; pero al pecador le ha dado la tarea de recoger y amontonar para dárselo al que agrada a Dios. Esto también es vanidad y correr tras el viento. (Eclesiastés 2:26)
Y la sabiduría de Salomón sobrepasó la sabiduría de todos los hijos del oriente y toda la sabiduría de Egipto. (1 Reyes 4:30)
Y apliqué mi corazón a conocer la sabiduría y a conocer la locura y la insensatez. Me di cuenta de que esto también es correr tras el viento. (Eclesiastés 1:17)
Consideré luego todas las obras que mis manos habían hecho y el trabajo en que me había empeñado, y resultó que todo era vanidad y correr tras el viento, y sin provecho bajo el sol. (Eclesiastés 2:11)
Mejor es lo que ven los ojos que lo que el alma desea. También esto es vanidad y correr tras el viento. (Eclesiastés 6:9)
He visto que todo trabajo y toda obra hábil que se hace, es el resultado de la rivalidad entre el hombre y su prójimo. También esto es vanidad y correr tras el viento. (Eclesiastés 4:4)
Y aborrecí la vida, porque me era penosa la obra que se hace bajo el sol, pues todo es vanidad y correr tras el viento. (Eclesiastés 2:17)
Tú has hecho mis días muy breves, Y mi existencia es como nada delante de Ti; Ciertamente todo hombre, aun en la plenitud de su vigor, es sólo un soplo. (Selah) (Salmos 39:5)