Y apliqué mi corazón a buscar e investigar con sabiduría todo lo que se ha hecho bajo el cielo. Tarea dolorosa dada por Dios a los hijos de los hombres para ser afligidos con ella.
(Eclesiastés 1:13)He visto todas las obras que se han hecho bajo el sol, y he observado que todo es vanidad y correr tras el viento.
(Eclesiastés 1:14)Lo torcido no puede enderezarse, Y lo que falta no se puede contar.
Yo me dije: "Yo he engrandecido y aumentado en sabiduría más que todos los que estuvieron antes de mí sobre Jerusalén; mi corazón ha contemplado mucha sabiduría y conocimiento."
(Eclesiastés 1:16)Y apliqué mi corazón a conocer la sabiduría y a conocer la locura y la insensatez. Me di cuenta de que esto también es correr tras el viento.
(Eclesiastés 1:17)Porque en la mucha sabiduría hay mucha angustia, Y quien aumenta el conocimiento, aumenta el dolor.
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Eclesiastés 1:15 - Referencia Cruzada
¿Quién de ustedes, por ansioso que esté, puede añadir una hora al curso de su vida?
(Mateo 6:27)Cuando está quieto, ¿quién puede condenarlo?; Y cuando esconde Su rostro, ¿quién puede contemplarlo?; Esto es, tanto nación como hombre,
(Job 34:29)Porque la sabiduría protege como el dinero protege; Pero la ventaja del conocimiento es que la sabiduría preserva la vida de sus poseedores.
(Eclesiastés 7:12)Todo valle sea elevado, Y bajado todo monte y collado; Vuélvase llano el terreno escabroso, Y lo abrupto, ancho valle.
(Isaías 40:4)¿Quién es aquél que habla y así sucede, A menos que el Señor lo haya ordenado?
(Lamentaciones 3:37)Todos los habitantes de la tierra son considerados como nada, Mas El actúa conforme a Su voluntad en el ejército del cielo Y entre los habitantes de la tierra. Nadie puede detener Su mano, Ni decirle: '¿Qué has hecho?'
(Daniel 4:35)Y te declarara los secretos de la sabiduría! Porque la verdadera sabiduría tiene dos lados. Sabrías entonces que Dios da por olvidada parte de tu iniquidad.
(Job 11:6)Sé que todo lo que Dios hace será perpetuo; No hay nada que añadirle Y no hay nada que quitarle. Dios ha obrado así Para que delante de El teman (reverencien) los hombres .
(Eclesiastés 3:14)