Nueva Biblia Latinoamericana
Bendito Tú, oh SEÑOR; Enséñame Tus estatutos. (Salmos 119:12)
He contado con mis labios De todas las ordenanzas de Tu boca. (Salmos 119:13)
Me he gozado en el camino de Tus testimonios, Más que en todas las riquezas. (Salmos 119:14)
Meditaré en Tus preceptos, Y consideraré Tus caminos.
Me deleitaré en Tus estatutos, Y no olvidaré Tu palabra. (Salmos 119:16)
Guímel. Favorece a Tu siervo, Para que viva y guarde Tu palabra. (Salmos 119:17)
Abre mis ojos, para que vea Las maravillas de Tu ley. (Salmos 119:18)

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Salmos 119:15 - Referencia Cruzada

Aunque los príncipes se sienten y hablen contra mí, Tu siervo medita en Tus estatutos. (Salmos 119:23)
Sino que en la ley del SEÑOR está su deleite, Y en Su ley medita de día y de noche! (Salmos 1:2)
Abrí mi boca y suspiré, Porque anhelaba Tus mandamientos. (Salmos 119:131)
Mis ojos se anticipan a las vigilias de la noche, Para meditar en Tu palabra. (Salmos 119:148)
Levantaré mis manos a Tus mandamientos, Los cuales amo, Y meditaré en Tus estatutos. (Salmos 119:48)
Mem. ¡Cuánto amo Tu ley! Todo el día es ella mi meditación. (Salmos 119:97)
Sostenme, para estar seguro, Y que continuamente preste atención a Tus estatutos. (Salmos 119:117)
Entonces no seré avergonzado, Al considerar todos Tus mandamientos. (Salmos 119:6)
Sean avergonzados los soberbios, porque me agravian con mentira; Pero yo en Tus preceptos meditaré. (Salmos 119:78)
Pero el que mira atentamente a la ley perfecta, la ley de la libertad, y permanece en ella, no habiéndose vuelto un oidor olvidadizo sino un hacedor eficaz, éste será bienaventurado en lo que hace. (Santiago 1:25)