No escondas de mí Tu rostro en el día de mi angustia; Inclina hacia mí Tu oído; El día en que Te invoco, respóndeme pronto.
(Salmos 102:2)Porque mis días han sido consumidos en humo, Y como brasero han sido quemados mis huesos.
(Salmos 102:3)Mi corazón ha sido herido como la hierba y se ha secado, Y hasta me olvido de comer mi pan.
(Salmos 102:4)A causa de la intensidad de mi gemido Mis huesos se pegan a la piel.
Me parezco al pelícano del desierto; Como el búho de las soledades he llegado a ser.
(Salmos 102:6)No puedo dormir; Soy cual pájaro solitario sobre un tejado.
(Salmos 102:7)Mis enemigos me han afrentado todo el día; Los que me escarnecen han usado mi nombre como maldición.
(Salmos 102:8)Otras publicaciones relacionadas con "Salmos 102:5":
Salmos 102:5 - Referencia Cruzada
Estoy entumecido y abatido en gran manera; Gimo a causa de la agitación de mi corazón.
(Salmos 38:8)Mis huesos se pegan a mi piel y a mi carne, Sólo he escapado con la piel de mis dientes.
(Job 19:20)Apártense de mí, todos ustedes que hacen iniquidad, Porque el SEÑOR ha oído la voz de mi llanto.
(Salmos 6:8)Cansado estoy de mis gemidos; Todas las noches inundo de llanto mi lecho, Con mis lágrimas riego mi cama.
(Salmos 6:6)Más negro que el hollín es su aspecto, No se les reconoce por las calles; Se les ha pegado la piel a sus huesos, Se ha marchitado, se ha vuelto como madera.
(Lamentaciones 4:8)Mientras callé mi pecado , mi cuerpo se consumió Con mi gemir durante todo el día.
(Salmos 32:3)El corazón alegre es buena medicina, Pero el espíritu quebrantado seca los huesos.
(Proverbios 17:22)