Nueva Biblia Latinoamericana
No escondas de mí Tu rostro en el día de mi angustia; Inclina hacia mí Tu oído; El día en que Te invoco, respóndeme pronto. (Salmos 102:2)
Porque mis días han sido consumidos en humo, Y como brasero han sido quemados mis huesos. (Salmos 102:3)
Mi corazón ha sido herido como la hierba y se ha secado, Y hasta me olvido de comer mi pan. (Salmos 102:4)
A causa de la intensidad de mi gemido Mis huesos se pegan a la piel.
Me parezco al pelícano del desierto; Como el búho de las soledades he llegado a ser. (Salmos 102:6)
No puedo dormir; Soy cual pájaro solitario sobre un tejado. (Salmos 102:7)
Mis enemigos me han afrentado todo el día; Los que me escarnecen han usado mi nombre como maldición. (Salmos 102:8)

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Salmos 102:5 - Referencia Cruzada

Estoy entumecido y abatido en gran manera; Gimo a causa de la agitación de mi corazón. (Salmos 38:8)
Mis huesos se pegan a mi piel y a mi carne, Sólo he escapado con la piel de mis dientes. (Job 19:20)
Apártense de mí, todos ustedes que hacen iniquidad, Porque el SEÑOR ha oído la voz de mi llanto. (Salmos 6:8)
Cansado estoy de mis gemidos; Todas las noches inundo de llanto mi lecho, Con mis lágrimas riego mi cama. (Salmos 6:6)
Más negro que el hollín es su aspecto, No se les reconoce por las calles; Se les ha pegado la piel a sus huesos, Se ha marchitado, se ha vuelto como madera. (Lamentaciones 4:8)
Mientras callé mi pecado , mi cuerpo se consumió Con mi gemir durante todo el día. (Salmos 32:3)
El corazón alegre es buena medicina, Pero el espíritu quebrantado seca los huesos. (Proverbios 17:22)