Nueva Biblia Latinoamericana
Alegra el alma de Tu siervo, Porque a Ti, oh Señor, elevo mi alma. (Salmos 86:4)
Pues Tú, Señor, eres bueno y perdonador, Abundante en misericordia para con todos los que Te invocan. (Salmos 86:5)
Escucha, oh SEÑOR, mi oración, Y atiende a la voz de mis súplicas. (Salmos 86:6)
En el día de la angustia Te invocaré, Porque Tú me responderás.
No hay nadie como Tú entre los dioses, oh Señor, Ni hay obras como las Tuyas. (Salmos 86:8)
Todas las naciones que Tú has hecho vendrán y adorarán delante de Ti, Señor, Y glorificarán Tu nombre. (Salmos 86:9)
Porque Tú eres grande y haces maravillas; Sólo Tú eres Dios. (Salmos 86:10)

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Salmos 86:7 - Referencia Cruzada

Invoqué Tu nombre, oh SEÑOR, Desde la fosa más profunda. (Lamentaciones 3:55)
Busqué al SEÑOR, y El me respondió, Y me libró de todos mis temores. (Salmos 34:4)
Cristo, en los días de Su carne, habiendo ofrecido oraciones y súplicas con gran clamor y lágrimas al que Lo podía librar de la muerte, fue oído a causa de Su temor reverente. (Hebreos 5:7)
Para el director del coro; según Jedutún. Salmo de Asaf. Mi voz se eleva a Dios, y a El clamaré; Mi voz se eleva a Dios, y El me oirá. (Salmos 77:1)
En mi angustia invoqué al SEÑOR, Y clamé a mi Dios; Desde Su templo oyó mi voz, Y mi clamor delante de El llegó a Sus oídos. (Salmos 18:6)
Invoca Mi nombre en el día de la angustia; Yo te libraré, y tú Me honrarás." (Salmos 50:15)
Cuando mi espíritu desmayaba dentro de mí, Tú conociste mi senda. En la senda en que camino Me han tendido una trampa. (Salmos 142:3)
Yo Te he invocado, oh Dios, porque Tú me responderás; Inclina a mí Tu oído, escucha mi palabra. (Salmos 17:6)
y dijo: "En mi angustia clamé al SEÑOR, Y El me respondió. Desde el seno del Seol (región de los muertos) pedí auxilio, Y Tú escuchaste mi voz. (Jonás 2:2)
En cuanto a mí, a Dios invocaré, Y el SEÑOR me salvará. (Salmos 55:16)
Me invocará, y le responderé; Yo estaré con él en la angustia; Lo rescataré y lo honraré; (Salmos 91:15)
Y estando en agonía, oraba con mucho fervor; y Su sudor se volvió como gruesas gotas de sangre, que caían sobre la tierra. (Lucas 22:44)
Masquil de David, cuando estaba en la cueva. Plegaria. Clamo al SEÑOR con mi voz; Con mi voz suplico al SEÑOR. (Salmos 142:1)
Oh SEÑOR, en la angustia Te buscaron. Apenas susurraban una oración, Cuando Tu castigo estaba sobre ellos. (Isaías 26:16)