Nueva Biblia Latinoamericana
Porque mis ojos miran hacia Ti, oh DIOS, Señor; En Ti me refugio, no me desampares. (Salmos 141:8)
Guárdame de las garras de la trampa que me han tendido, Y de los lazos de los que hacen iniquidad. (Salmos 141:9)
Caigan los impíos en sus propias redes, Mientras yo paso a salvo. (Salmos 141:10)
Masquil de David, cuando estaba en la cueva. Plegaria. Clamo al SEÑOR con mi voz; Con mi voz suplico al SEÑOR.
Delante de El expongo mi queja; En Su presencia manifiesto mi angustia. (Salmos 142:2)
Cuando mi espíritu desmayaba dentro de mí, Tú conociste mi senda. En la senda en que camino Me han tendido una trampa. (Salmos 142:3)
Mira a la derecha, y ve, Porque no hay quien me tome en cuenta; No hay refugio para mí; No hay quien cuide de mi alma. (Salmos 142:4)

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Salmos 142:1 - Referencia Cruzada

Escucha la voz de mis súplicas cuando a Ti pido auxilio; Cuando levanto mis manos hacia el Lugar Santísimo de Tu santuario. (Salmos 28:2)
David se fue de allí y se refugió en la cueva de Adulam. Cuando sus hermanos y toda la casa de su padre lo supieron, descendieron a él allá. (1 Samuel 22:1)
(de los cuales el mundo no era digno), errantes por desiertos y montañas, por cuevas y cavernas de la tierra. (Hebreos 11:38)
A Ti, oh SEÑOR, clamé, Y al Señor dirigí mi súplica: (Salmos 30:8)
Salmo de David. Oh SEÑOR, a Ti clamo, apresúrate a venir a mí. Escucha mi voz cuando Te invoco. (Salmos 141:1)
Llegó a unos rediles de ovejas en el camino, donde había una cueva, y Saúl entró en ella para hacer sus necesidades. Y David y sus hombres estaban sentados en los rincones de la cueva. (1 Samuel 24:3)
Para el director del coro; según Jedutún. Salmo de Asaf. Mi voz se eleva a Dios, y a El clamaré; Mi voz se eleva a Dios, y El me oirá. (Salmos 77:1)
Jabes invocó al Dios de Israel, diciendo: "¡Oh, si en verdad me bendijeras, ensancharas mi territorio, y Tu mano estuviera conmigo y me guardaras del mal para que no me causara dolor!" Y Dios le concedió lo que pidió. (1 Crónicas 4:10)
Para el director del coro; según tonada de "No Destruyas." Mictam de David, en la cueva, cuando huía de Saúl. Ten piedad de mí, oh Dios, ten piedad de mí, Porque en Ti se refugia mi alma; En la sombra de Tus alas me ampararé Hasta que la destrucción pase. (Salmos 57:1)
Para el director del coro; con instrumentos de cuerda. Masquil de David, cuando los Zifeos vinieron y dijeron a Saúl: "¿No está David escondido entre nosotros?" ¡Sálvame! Oh Dios, por Tu nombre, Y hazme justicia con Tu poder. (Salmos 54:1)
Salmo de David. Masquil. ¡Cuán bienaventurado es aquél cuya transgresión es perdonada, Cuyo pecado es cubierto! (Salmos 32:1)