Nueva Biblia Latinoamericana
Nosotros que juntos teníamos dulce comunión, Que con la multitud andábamos en la casa de Dios. (Salmos 55:14)
Que la muerte sorprenda a mis enemigos , Que desciendan vivos al Seol, Porque la maldad está en su morada, en medio de ellos. (Salmos 55:15)
En cuanto a mí, a Dios invocaré, Y el SEÑOR me salvará. (Salmos 55:16)
Tarde, mañana y mediodía me lamentaré y gemiré, Y El oirá mi voz.
En paz redimirá mi alma de la guerra que hay contra mí, Pues son muchos los que están contra mí. (Salmos 55:18)
Dios oirá y les responderá, El, que reina desde la antigüedad, (Selah) Porque no hay cambio en ellos Ni temen a Dios. (Salmos 55:19)
Aquél ha extendido sus manos contra los que estaban en paz con él, Ha violado su pacto. (Salmos 55:20)

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Salmos 55:17 - Referencia Cruzada

Yo grito: '¡Violencia!,' pero no obtengo respuesta; Clamo pidiendo ayuda, pero no hay justicia. (Job 19:7)
Al día siguiente, mientras ellos iban por el camino y se acercaban a la ciudad, Pedro subió a la azotea a orar como al mediodía. (Hechos 10:9)
Aun cuando clamo y pido auxilio, El cierra el paso a mi oración. (Lamentaciones 3:8)
Sea puesta mi oración delante de Ti como incienso, El alzar de mis manos como la ofrenda de la tarde. (Salmos 141:2)
Atiende a la voz de mi clamor, Rey mío y Dios mío, Porque es a Ti a quien oro. (Salmos 5:2)
Cristo, en los días de Su carne, habiendo ofrecido oraciones y súplicas con gran clamor y lágrimas al que Lo podía librar de la muerte, fue oído a causa de Su temor reverente. (Hebreos 5:7)
A medianoche me levantaré para dar gracias a Ti Por Tus justas ordenanzas. (Salmos 119:62)
Después de despedirse de ellos, se fue al monte a orar. (Marcus 6:46)
Cierto día Pedro y Juan subían al templo a la hora novena (3 p.m.), la hora de la oración. (Hechos 3:1)
Y al verlos remar fatigados, porque el viento les era contrario, como a la cuarta vigilia de la noche (3 a 6 a.m.), fue hacia ellos andando sobre el mar, y quería pasarlos de largo. (Marcus 6:48)
Me anticipo al alba y clamo; En Tus palabras espero. (Salmos 119:147)
Entonces ellos respondieron: "Daniel, que es uno de los deportados de Judá, no le hace caso, oh rey, ni del mandato que usted firmó, sino que tres veces al día hace su oración." (Daniel 6:13)
Como a la hora novena (3 p.m.), vio claramente en una visión a un ángel de Dios que entraba a donde él estaba y le decía: "Cornelio." (Hechos 10:3)
Con toda oración y súplica oren en todo tiempo en el Espíritu, y así, velen con toda perseverancia y súplica por todos los santos. (Efesios 6:18)
Y Cornelio respondió: "Hace cuatro días, a esta misma hora, estaba yo orando en mi casa a la hora novena (3 p.m.); y un hombre con vestiduras resplandecientes, se puso delante de mí, (Hechos 10:30)
Levantándose muy de mañana, cuando todavía estaba oscuro, Jesús salió y fue a un lugar solitario, y allí oraba. (Marcus 1:35)
Pero yo, a Ti pido auxilio, SEÑOR, Y mi oración llega ante Ti por la mañana. (Salmos 88:13)
Jesús les contó una parábola para enseñarles que ellos debían orar en todo tiempo, y no desfallecer: (Lucas 18:1)
Oren sin cesar. (1 Tesalonicenses 5:17)
Anunciar por la mañana Tu bondad, Y Tu fidelidad por las noches, (Salmos 92:2)
Cuando Daniel supo que había sido firmado el documento, entró en su casa (en su aposento superior tenía ventanas abiertas en dirección a Jerusalén), y como solía hacerlo antes, continuó arrodillándose tres veces al día, orando y dando gracias delante de su Dios. (Daniel 6:10)