Nueva Biblia Latinoamericana
Tú eres mi Rey, oh Dios; Manda victorias a Jacob. (Salmos 44:4)
Contigo rechazaremos a nuestros adversarios; En Tu nombre pisotearemos a los que contra nosotros se levanten. (Salmos 44:5)
Porque yo no confiaré en mi arco, Ni me podrá salvar mi espada; (Salmos 44:6)
Pues Tú nos has salvado de nuestros adversarios, Y has avergonzado a los que nos aborrecen.
En Dios nos hemos gloriado todo el día. Por siempre alabaremos Tu nombre. (Selah) (Salmos 44:8)
Sin embargo, Tú nos has rechazado y nos has confundido, Y no sales con nuestros ejércitos. (Salmos 44:9)
Nos haces retroceder ante el adversario, Y los que nos aborrecen tomaron botín para sí. (Salmos 44:10)

Otras publicaciones relacionadas con "Salmos 44:7":

Charles Spurgeon
No te desampararé, ni te dejaré
Reflexión sobre la promesa de Dios de no abandonarnos y cómo recordar sus misericordias anteriores nos da ánimo.


Faustino de Jesús Zamora Vargas
Mi Dios es Rey (¡Que viva nuestro Rey!)
En este artículo, el autor habla sobre nuestro Rey divino y cómo debemos adorarlo y obedecerlo en lugar de a líderes humanos. También alienta a los creyentes a vivir en la gracia y la verdad de Cristo y a derribar cualquier rey desatinado en sus vidas. Se sugiere el Salmo 72 como lectura complementaria.


Salmos 44:7 - Referencia Cruzada

Y el SEÑOR dijo a Josué: "No les tengas miedo, porque los he entregado en tus manos. Ninguno de ellos te podrá resistir." (Josué 10:8)
Sean avergonzados y humillados a una Los que buscan mi vida para destruirla; Sean vueltos atrás y cubiertos de ignominia Los que se complacen en mi mal. (Salmos 40:14)
Y nos rescató de nuestros adversarios, Porque para siempre es Su misericordia. (Salmos 136:24)
El que da la victoria (salvación) a los reyes, El que rescata a David Su siervo de la espada maligna. (Salmos 144:10)
A todos estos reyes y sus territorios los capturó Josué de una vez, porque el SEÑOR, Dios de Israel, combatía por Israel. (Josué 10:42)
Entonces los Israelitas dijeron a Samuel: "No dejes de clamar al SEÑOR nuestro Dios por nosotros, para que El nos libre de la mano de los Filisteos." (1 Samuel 7:8)
Oh DIOS, Señor, poder de mi salvación, Tú cubriste mi cabeza en el día de la batalla. (Salmos 140:7)
Donde antes no había terror, allí tiemblan de espanto, Porque Dios esparció los huesos del que acampaba contra ti; Tú los avergonzaste, porque Dios los había rechazado. (Salmos 53:5)
y para que toda esta asamblea sepa que el SEÑOR no libra ni con espada ni con lanza; porque la batalla es del SEÑOR y El los entregará a ustedes en nuestras manos." (1 Samuel 17:47)
Entonces el SEÑOR dijo a Gedeón: "Todavía el pueblo es demasiado numeroso. Hazlos bajar al agua y allí te los probaré. Y será que de quien Yo te diga: 'Este irá contigo,' ése irá contigo. Pero todo aquél de quien Yo te diga: 'Este no irá contigo,' ése no irá." (Jueces 7:4)
Cántico. Salmo de Asaf. Oh Dios, no permanezcas en silencio; No calles, oh Dios, ni Te quedes quieto. (Salmos 83:1)
Entonces el SEÑOR dijo a Josué: "No temas a causa de ellos, porque mañana a esta hora Yo los entregaré a todos ellos muertos delante de Israel. Desjarretarás sus caballos y les quemarás sus carros." (Josué 11:6)
A sus enemigos cubriré de vergüenza, Pero sobre él resplandecerá su corona." (Salmos 132:18)
Porque el SEÑOR ha expulsado a naciones grandes y poderosas de delante de ustedes. En cuanto a ustedes, nadie les ha podido hacer frente hasta hoy. (Josué 23:9)
Cuando el SEÑOR les levantaba jueces, el SEÑOR estaba con el juez y los libraba de mano de sus enemigos todos los días del juez. Porque el SEÑOR se compadecía por sus gemidos a causa de los que los oprimían y afligían. (Jueces 2:18)
Jonatán dijo al joven que llevaba su armadura: "Ven y pasemos a la guarnición de estos incircuncisos; quizá el SEÑOR obrará por nosotros, pues el SEÑOR no está limitado a salvar con muchos o con pocos." (1 Samuel 14:6)
Nadie te podrá hacer frente en todos los días de tu vida. Así como estuve con Moisés, estaré contigo. No te dejaré ni te abandonaré. (Josué 1:5)
Asignaré también un lugar para Mi pueblo Israel, y lo plantaré allí a fin de que habite en su propio lugar y no sea perturbado de nuevo, ni los malvados los aflijan más como antes, (2 Samuel 7:10)