Porque yo no confiaré en mi arco, Ni me podrá salvar mi espada;
(Salmos 44:6)Pues Tú nos has salvado de nuestros adversarios, Y has avergonzado a los que nos aborrecen.
(Salmos 44:7)En Dios nos hemos gloriado todo el día. Por siempre alabaremos Tu nombre. (Selah)
(Salmos 44:8)Sin embargo, Tú nos has rechazado y nos has confundido, Y no sales con nuestros ejércitos.
Nos haces retroceder ante el adversario, Y los que nos aborrecen tomaron botín para sí.
(Salmos 44:10)Nos entregas como ovejas para ser devorados, Y nos has esparcido entre las naciones.
(Salmos 44:11)Vendes a Tu pueblo a bajo precio, Y nada has ganado con su venta.
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Salmos 44:9 - Referencia Cruzada
Pero Tú lo has rechazado y desechado, Contra Tu ungido Te has enfurecido.
(Salmos 89:38)¿No eres Tú, oh Dios, el que nos ha rechazado? ¿No saldrás, oh Dios, con nuestros ejércitos?
(Salmos 60:10)Ya que Tú eres el Dios de mi fortaleza, ¿por qué me has rechazado? ¿Por qué ando sombrío por la opresión del enemigo?
(Salmos 43:2)¿No has observado lo que dice este pueblo: 'Las dos familias que el SEÑOR escogió, El las ha desechado'? Desprecian a Mi pueblo, ya no son una nación ante sus ojos.
(Jeremías 33:24)¿Por qué has derribado sus vallados, De modo que la vendimian todos los que pasan de camino?
(Salmos 80:12)Masquil de Asaf. Oh Dios, ¿por qué nos has rechazado para siempre? ¿Por qué se enciende Tu ira contra las ovejas de Tu prado?
(Salmos 74:1)¿No eres Tú, oh Dios, el que nos ha rechazado? ¿No saldrás, oh Dios, con nuestros ejércitos?
(Salmos 108:11)¿Por qué, SEÑOR, rechazas mi alma? ¿Por qué escondes de mí Tu rostro?
(Salmos 88:14)Digo entonces: ¿Acaso ha desechado Dios a Su pueblo? ¡De ningún modo! Porque yo también soy Israelita, descendiente de Abraham, de la tribu de Benjamín.
(Romanos 11:1)Para el director del coro; según la tonada de "El Lirio del Testimonio." Mictam de David para enseñar, cuando luchó con Aram Naharaim y contra Aram Soba, y volvió Joab e hirió a 12,000 Edomitas en el Valle de la Sal. Oh Dios, Tú nos has rechazado, nos has quebrantado, Te has enojado. Restáuranos, oh Dios .
(Salmos 60:1)