Nueva Biblia Latinoamericana
También traeremos las primicias de nuestra harina y nuestras ofrendas del fruto de todo árbol, del vino nuevo y del aceite para los sacerdotes a las cámaras de la casa de nuestro Dios, y el diezmo de nuestras cosechas a los Levitas, porque los Levitas son los que reciben los diezmos en todas las ciudades donde trabajamos. (Nehemías 10:37)
Y un sacerdote, hijo de Aarón, estará con los Levitas cuando los Levitas reciban los diezmos, y los Levitas llevarán la décima parte de los diezmos a la casa de nuestro Dios, a las cámaras del almacén. (Nehemías 10:38)
Porque los Israelitas y los hijos de Leví llevan la contribución del cereal, del vino nuevo y del aceite a las cámaras; allí están los utensilios del santuario, los sacerdotes que ministran, los porteros y los cantores. Así no descuidaremos la casa de nuestro Dios. (Nehemías 10:39)
Los jefes del pueblo habitaron en Jerusalén, pero el resto del pueblo echó suertes a fin de traer uno de cada diez para que habitara en Jerusalén, la ciudad santa, mientras los otros nueve se quedarían en las otras ciudades.
Y el pueblo bendijo a todos los hombres que se ofrecieron para habitar en Jerusalén. (Nehemías 11:2)
Estos son los jefes de la provincia que habitaron en Jerusalén (en las ciudades de Judá cada cual habitó en su propiedad, en sus ciudades; los Israelitas, los sacerdotes, los Levitas, los sirvientes del templo, los descendientes de los siervos de Salomón. (Nehemías 11:3)
Algunos de los hijos de Judá y algunos de los hijos de Benjamín habitaron en Jerusalén): De los hijos de Judá: Ataías, hijo de Uzías, hijo de Zacarías, hijo de Amarías, hijo de Sefatías, hijo de Mahalaleel, de los hijos de Fares, (Nehemías 11:4)

Otras publicaciones relacionadas con "Nehemías 11:1":

Faustino de Jesús Zamora Vargas
Levitas del Cristo vivo
Artículo sobre los levitas elegidos por Dios y cómo la iglesia de Cristo hoy en día es como ellos, con una misión global y una función educativa


Dr. Roberto Miranda
Generosidad y gratitud
En este sermón, el pastor habla sobre la importancia de la generosidad y la gratitud en la vida de un creyente en Cristo, destacando la historia de David en Primera de Crónicas y la importancia de las ofrendas en la tradición del pueblo de Dios.


Nehemías 11:1 - Referencia Cruzada

Si un caso te es muy difícil de juzgar, como entre una clase de homicidio y otra, entre una clase de pleito y otra, o entre una clase de asalto y otra, siendo casos de litigio en tus puertas, te levantarás y subirás al lugar que el SEÑOR tu Dios escoja. (Deuteronomio 17:8)
Echaron suertes, tanto los pequeños como los grandes, conforme a sus casas paternas, para cada puerta. (1 Crónicas 26:13)
Esto es lo que haremos ahora a Guibeá: subiremos contra la ciudad por sorteo. (Jueces 20:9)
Despierta, despierta, Vístete de tu poder, oh Sion. Vístete de tus ropajes hermosos, Oh Jerusalén, ciudad santa. Porque el incircunciso y el inmundo No volverán a entrar en ti. (Isaías 52:1)
Aunque llevan el nombre de la ciudad santa, Y se apoyan en el Dios de Israel, Cuyo nombre es SEÑOR de los ejércitos. (Isaías 48:2)
Y Josué les echó suertes en Silo delante del SEÑOR, y allí Josué repartió la tierra a los Israelitas conforme a sus divisiones. (Josué 18:10)
El total de los Levitas en la ciudad santa era de 284. (Nehemías 11:18)
La suerte se echa en el regazo, Pero del SEÑOR viene toda decisión. (Proverbios 16:33)
Entonces el diablo Lo llevó a la ciudad santa, y Lo puso sobre el pináculo del templo, (Mateo 4:5)
La ciudad era espaciosa y grande, pero el pueblo dentro de ella era poco y no había casas reedificadas. (Nehemías 7:4)
y saliendo de los sepulcros, después de la resurrección de Jesús, entraron en la santa ciudad y se aparecieron a muchos. (Mateo 27:53)
Porque allí se establecieron tronos para juicio, Los tronos de la casa de David. (Salmos 122:5)
Asimismo echamos suertes para la provisión de madera entre los sacerdotes, los Levitas y el pueblo para que la traigan a la casa de nuestro Dios, conforme a nuestras casas paternas, en los tiempos fijados cada año, para quemar sobre el altar del SEÑOR nuestro Dios, como está escrito en la ley. (Nehemías 10:34)
Después de orar, dijeron: "Tú, Señor, que conoces el corazón de todos, muéstranos a cuál de estos dos has escogido (Hechos 1:24)