Nueva Biblia Latinoamericana
Uzías hizo lo recto ante los ojos del SEÑOR, conforme a todo lo que su padre Amasías había hecho. (2 Crónicas 26:4)
Y persistió en buscar a Dios durante los días de Zacarías, quien tenía entendimiento por medio de la visión de Dios; y mientras buscó al SEÑOR, Dios le prosperó. (2 Crónicas 26:5)
Salió y peleó contra los Filisteos, y derribó la muralla de Gat, la muralla de Jabnia y la muralla de Asdod. Además edificó ciudades en la región de Asdod y entre los Filisteos. (2 Crónicas 26:6)
Dios lo ayudó contra los Filisteos, contra los Arabes que habitaban en Gurbaal y contra los Meunitas.
Los Amonitas pagaron tributo a Uzías, y su fama se divulgó hasta la frontera de Egipto, pues llegó a ser muy poderoso. (2 Crónicas 26:8)
Uzías edificó torres en Jerusalén en la Puerta del Angulo, en la Puerta del Valle y en la esquina de la muralla, y las fortificó. (2 Crónicas 26:9)
Edificó también torres en el desierto y excavó muchas cisternas, porque tenía mucho ganado, tanto en las tierras bajas como en la llanura. También tenía labradores y viñadores en la región montañosa y en los campos fértiles porque amaba la tierra. (2 Crónicas 26:10)

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De la crisis a la bendición
El autor, Dr. Roberto Miranda, habla sobre cómo el capítulo 20 de Segundo de Crónicas de la Biblia puede ser un modelo para la vida cristiana en tiempos de crisis. Josafat y el pueblo de Judá buscaron a Dios a través de la oración y el ayuno en medio de una crisis nacional y fueron bendecidos con la victoria a través de la fe y la adoración. El artículo también menciona cómo la palabra Beraca se utiliza para describir un negocio cristiano en México y cómo la misma trayectoria de la crisis a la bendición puede ser nuestra si confiamos en Dios.


2 Crónicas 26:7 - Referencia Cruzada

Así que habiendo recibido ayuda de Dios, continúo hasta este día testificando tanto a pequeños como a grandes, no declarando más que lo que los profetas y Moisés dijeron que sucedería: (Hechos 26:22)
Dios los ayudó contra ellos, y los Agarenos y todos los que estaban con ellos fueron entregados en sus manos; porque clamaron a Dios en la batalla, y Dios fue propicio a ellos porque confiaron en El. (1 Crónicas 5:20)
No te alegres, toda tú, Filistea, De que la vara que te hirió esté quebrada; Pues de la raíz de la serpiente saldrá una víbora, Y su fruto será serpiente voladora. (Isaías 14:29)
Entonces Asa invocó al SEÑOR su Dios, y dijo: "SEÑOR, no hay nadie más que Tú para ayudar en la batalla entre el poderoso y los que no tienen fuerza. Ayúdanos, oh SEÑOR Dios nuestro, porque en Ti nos apoyamos y en Tu nombre hemos venido contra esta multitud. Oh SEÑOR, Tú eres nuestro Dios; que no prevalezca ningún hombre contra Ti." (2 Crónicas 14:11)
Entonces el Espíritu vino sobre Amasai, jefe de los treinta, el cual dijo: "Tuyos somos, oh David, Y contigo estamos, hijo de Isaí. Paz, paz a ti, Y paz al que te ayuda; Ciertamente tu Dios te ayuda." Entonces David los recibió y los hizo capitanes del grupo. (1 Crónicas 12:18)
El adiestra mis manos para la batalla, Y mis brazos para tensar el arco de bronce. (Salmos 18:34)
Entonces el SEÑOR movió contra Joram el espíritu de los Filisteos y de los Arabes que eran vecinos de los Etíopes; (2 Crónicas 21:16)
Pues contigo aplastaré ejércitos, Y con mi Dios escalaré murallas. (Salmos 18:29)
Algunos de los Filisteos trajeron presentes y plata como tributo a Josafat; también los Arabes le trajeron rebaños: 7,700 carneros y 7,700 machos cabríos. (2 Crónicas 17:11)
Aconteció después de esto, que los Moabitas, los Amonitas, y con ellos algunos de los Meunitas, vinieron a pelear contra Josafat. (2 Crónicas 20:1)