El Señor no se burla de las almas humildes
Charles Spurgeon
RESUMEN: El Señor siempre está buscando a aquellos que confiesen sus pecados y vienen a Él en busca de perdón. Debemos reconocer honestamente nuestros pecados y usar la promesa de Dios en el nombre de Jesús como argumento para obtener redención y vida eterna. El Señor no se burla de las almas que se humillan y piden perdón. Debemos confesar nuestros pecados y pedirle a Dios que nos perdone.
Esta es una palabra de verdad, extraída de la experiencia de un hombre de Dios, y equivale a una promesa. Lo que el Señor ha hecho, y está haciendo, lo seguirá haciendo mientras el mundo subsista. El Señor recibirá en Su seno a todos los que vengan a Él con una sincera confesión de su pecado; de hecho, siempre está buscando para descubrir a alguien que esté en problemas por causa de sus faltas.
¿No podemos endosar el lenguaje usado aquí? ¿Acaso no hemos pecado y pecado personalmente como para decir: "He pecado"? ¿No hemos pecado voluntariamente habiendo pervertido lo que es recto? ¿No hemos pecado como para descubrir que no hay ganancia en ello, sino una pérdida eterna? Entonces, acudamos a Dios con este reconocimiento honesto. Él no pide más. No podemos hacer menos.
Usemos como argumento Su promesa en el nombre de Jesús. Él nos redimirá del abismo del infierno que abre sus fauces para tragarnos; Él nos concederá vida y luz. ¿Por qué habríamos de desesperar? ¿Por qué habríamos siquiera de dudar? El Señor no se burla de las almas humildes. Él dice en serio lo que afirma. Los culpables pueden ser perdonados. Los que merecen una ejecución pueden recibir un perdón inmerecido. ¡Señor, nosotros confesamos, y te pedimos que nos perdones!
Fuente: La Chequera del Banco de la Fe. Traducción de Allan Roman.
http://www.spurgeon.com.mx/chequera/meditames/enero.pdf
¿No podemos endosar el lenguaje usado aquí? ¿Acaso no hemos pecado y pecado personalmente como para decir: "He pecado"? ¿No hemos pecado voluntariamente habiendo pervertido lo que es recto? ¿No hemos pecado como para descubrir que no hay ganancia en ello, sino una pérdida eterna? Entonces, acudamos a Dios con este reconocimiento honesto. Él no pide más. No podemos hacer menos.
Usemos como argumento Su promesa en el nombre de Jesús. Él nos redimirá del abismo del infierno que abre sus fauces para tragarnos; Él nos concederá vida y luz. ¿Por qué habríamos de desesperar? ¿Por qué habríamos siquiera de dudar? El Señor no se burla de las almas humildes. Él dice en serio lo que afirma. Los culpables pueden ser perdonados. Los que merecen una ejecución pueden recibir un perdón inmerecido. ¡Señor, nosotros confesamos, y te pedimos que nos perdones!
Fuente: La Chequera del Banco de la Fe. Traducción de Allan Roman.
http://www.spurgeon.com.mx/chequera/meditames/enero.pdf
