Invitación a la fidelidad
Faustino de Jesús Zamora VargasEstos son tiempos difíciles, estériles desde el lado del compromiso verdadero. Pocos se comprometen a lo trascendente si no hay evidencia de que el compromiso esté acompañado del éxito, la extravagancia o el dinero. La vida se ha convertido en un peregrinaje existencial donde no hay motivaciones perdurables a menos que se vean claramente los beneficios.
Como nada es duradero, sino efímero, a todo se le pone fecha de caducidad. Lo que es hoy, ya no será mañana y por tanto no es necesario ser fiel. El amor al prójimo parece etéreo, insoluble, por conveniencias o para la ocasión. La gente no quiere ataduras que lo marginen de sus egoístas deseos y el alma noble del hombre y la mujer que desde el lado de la humildad siguen a Cristo, enluta cada día porque las convicciones y valores verdaderos parecen haber muerto definitivamente. ¿Podemos cambiar al mundo? ¡No! Sin embargo, sí podemos colaborar con Dios para transformarlo. Dios tiene un Plan A para hacerlo y no hay Plan B. Sin Dios en el centro de todas las cosas, las recetas del hombre para mejorar al mundo se quedan muy bajitas de sal y carentes de buenos ingredientes.