Evangelio urgente
Faustino de Jesús Zamora VargasNunca sabremos si es el tiempo de Dios hasta que le ofrecemos nuestro tiempo. Es fácil decir que el mundo está en ruinas, pero difícil ponerse el traje de constructor para reedificarlo. El evangelio es la mejor vestimenta, la mejor herramienta, el mejor ladrillo. Lo veo con frecuencia en mis jornadas misioneras.
Idólatras que se rinden a Cristo por el poder del Espíritu, adúlteros que recomponen sus matrimonios, ateos que abrazan la fe. El evangelio es poder de Dios (Ro 1.16), no nuestro poder. Nuestro deber es predicarlo. La prédica tiene su problema y es que no somos consecuentes con la fe que decimos tener. Muchos dicen que sienten pasión por los perdidos, pero eso no es suficiente. La pasión no es nada si no se lleva a la práctica, si no se traduce en compasión y finalmente en acción. Es un problema de fe práctica.