porque el que ha muerto, ha sido libertado del pecado.
(Romans 6:7)
Y si hemos muerto con Cristo, creemos que también viviremos con El,
(Romans 6:8)
sabiendo que Cristo, habiendo resucitado de entre los muertos, no volverá a morir; la muerte ya no tiene dominio sobre El.
(Romans 6:9)
Porque en cuanto a que El murió, murió al pecado de una vez para siempre; pero en cuanto El vive, vive para Dios.
Así también ustedes, considérense muertos para el pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús.
(Romans 6:11)
Por tanto, no reine el pecado en su cuerpo mortal para que ustedes no obedezcan a sus lujurias;
(Romans 6:12)
ni presenten los miembros de su cuerpo al pecado como instrumentos de iniquidad, sino preséntense ustedes mismos a Dios como vivos de entre los muertos, y sus miembros a Dios como instrumentos de justicia.
(Romans 6:13)
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El no es Dios de muertos, sino de vivos; porque todos viven para El."
(Luke 20:38)
Porque también Cristo (el Mesías) murió por los pecados una sola vez, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios, muerto en la carne pero vivificado en el espíritu.
(1 Peter 3:18)
Así también ustedes, considérense muertos para el pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús.
(Romans 6:11)
Porque ninguno de nosotros vive para sí mismo, y ninguno muere para sí mismo.
(Romans 14:7)
De otra manera, a Cristo le hubiera sido necesario sufrir muchas veces desde la fundación del mundo; pero ahora, una sola vez en la consumación de los siglos, se ha manifestado para destruir el pecado por el sacrificio de sí mismo.
(Hebrews 9:26)
Pues lo que la Ley no pudo hacer, ya que era débil por causa de la carne, Dios lo hizo : enviando a Su propio Hijo en semejanza de carne de pecado y como ofrenda por el pecado, condenó al pecado en la carne,
(Romans 8:3)
Y por todos murió, para que los que viven, ya no vivan para sí, sino para Aquél que murió y resucitó por ellos.
(2 Corinthians 5:15)
Al que no conoció pecado, Lo hizo pecado por nosotros, para que fuéramos hechos justicia de Dios en El.
(2 Corinthians 5:21)
Porque con este fin fue predicado el evangelio (fueron anunciadas las buenas nuevas) aun a los muertos, para que aunque sean juzgados en la carne como hombres, vivan en el espíritu conforme a la voluntad de Dios.
(1 Peter 4:6)