Porque el tiempo ya pasado les es suficiente para haber hecho lo que agrada a los Gentiles, habiendo andado en sensualidad, lujurias, borracheras, orgías, embriagueces, y abominables idolatrías.
(1 Peter 4:3)
Y en todo esto, se sorprenden de que ustedes no corren con ellos en el mismo desenfreno de disolución, y los insultan.
(1 Peter 4:4)
Pero ellos darán cuenta a Aquél que está preparado para juzgar a los vivos y a los muertos.
(1 Peter 4:5)
Porque con este fin fue predicado el evangelio (fueron anunciadas las buenas nuevas) aun a los muertos, para que aunque sean juzgados en la carne como hombres, vivan en el espíritu conforme a la voluntad de Dios.
Pero el fin de todas las cosas se acerca. Sean pues ustedes prudentes y de espíritu sobrio para la oración.
(1 Peter 4:7)
Sobre todo, sean fervientes en su amor los unos por los otros, pues el amor cubre multitud de pecados.
(1 Peter 4:8)
Sean hospitalarios los unos para con los otros, sin murmuraciones (sin quejas).
(1 Peter 4:9)
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Sin embargo, ustedes no están en la carne sino en el Espíritu, si en verdad el Espíritu de Dios habita en ustedes. Pero si alguien no tiene el Espíritu de Cristo, el tal no es de El.
(Romans 8:9)
Pues mediante la Ley yo morí a la Ley, a fin de vivir para Dios.
(Galatians 2:19)
Por tanto, puesto que Cristo ha padecido en la carne, ármense también ustedes con el mismo propósito, pues quien ha padecido en la carne ha terminado con el pecado,
(1 Peter 4:1)
Pero si nos juzgáramos a nosotros mismos, no seríamos juzgados.
(1 Corinthians 11:31)
Porque nosotros también en otro tiempo éramos necios, desobedientes, extraviados, esclavos de deleites y placeres diversos, viviendo en malicia y envidia, aborrecibles y odiándonos unos a otros.
(Titus 3:3)
Entonces los entregarán a tribulación, y los matarán, y serán odiados de todas las naciones por causa de mi nombre.
(Matthew 24:9)
Entre ellos también todos nosotros en otro tiempo vivíamos en las pasiones de nuestra carne, satisfaciendo los deseos de la carne y de la mente (de los pensamientos), y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás.
(Ephesians 2:3)
En verdad les digo que viene la hora, y ahora es, cuando los muertos oirán la voz del Hijo de Dios, y los que oigan vivirán.
(John 5:25)
Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús te ha libertado de la ley del pecado y de la muerte.
(Romans 8:2)
En el espíritu también fue y predicó a los espíritus encarcelados,
(1 Peter 3:19)
Si vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu.
(Galatians 5:25)
Entonces otro ángel, el que tiene poder sobre el fuego, salió del altar, y llamó con gran voz al que tenía la hoz afilada, diciéndole: "Mete tu hoz afilada y vendimia los racimos de la vid de la tierra, porque sus uvas están maduras."
(Revelation 14:18)