¿Quién eres tú para juzgar al criado (siervo) de otro? Para su propio amo (señor) está en pie o cae. En pie se mantendrá, porque poderoso es el Señor para sostenerlo en pie. (Romans 14:4)

Uno juzga que un día es superior a otro, otro juzga iguales todos los días. Cada cual esté plenamente convencido según su propio sentir (su propia mente). (Romans 14:5)

El que guarda cierto día, para el Señor lo guarda. El que come, para el Señor come, pues da gracias a Dios; y el que no come, para el Señor se abstiene, y da gracias a Dios. (Romans 14:6)

Porque ninguno de nosotros vive para sí mismo, y ninguno muere para sí mismo.

Pues si vivimos, para el Señor vivimos, y si morimos, para el Señor morimos. Por tanto, ya sea que vivamos o que muramos, del Señor somos. (Romans 14:8)

Porque para esto Cristo murió y resucitó, para ser Señor tanto de los muertos como de los vivos. (Romans 14:9)

Pero tú, ¿por qué juzgas a tu hermano? O también, tú, ¿por qué desprecias a tu hermano? Porque todos compareceremos ante el tribunal de Dios. (Romans 14:10)

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Romans 14:7 - Cross Reference

El se dio por nosotros, para REDIMIRNOS DE TODA INIQUIDAD y PURIFICAR PARA SI UN PUEBLO PARA POSESION SUYA, celoso de buenas obras. (Titus 2:14)

Y por todos murió, para que los que viven, ya no vivan para sí, sino para Aquél que murió y resucitó por ellos. (2 Corinthians 5:15)

Porque para esto Cristo murió y resucitó, para ser Señor tanto de los muertos como de los vivos. (Romans 14:9)

conforme a mi anhelo y esperanza de que en nada seré avergonzado, sino que con toda confianza, aun ahora, como siempre, Cristo será exaltado en mi cuerpo, ya sea por vida o por muerte. (Philippians 1:20)

¿O no saben que su cuerpo es templo del Espíritu Santo que está en ustedes, el cual tienen de Dios, y que ustedes no se pertenecen a sí mismos? (1 Corinthians 6:19)

Pues mediante la Ley yo morí a la Ley, a fin de vivir para Dios. (Galatians 2:19)

que murió por nosotros, para que ya sea que estemos despiertos o dormidos, vivamos junto con El. (1 Thessalonians 5:10)

para vivir el tiempo que le queda en la carne, ya no para las pasiones humanas, sino para la voluntad de Dios. (1 Peter 4:2)