Nueva Biblia Latinoamericana
Ensanchas mis pasos debajo de mí, Y mis pies no han resbalado. (2 Samuel 22:37)
Perseguí a mis enemigos y los destruí, Y no me volví hasta acabarlos. (2 Samuel 22:38)
Los he consumido y los he destrozado, y no pudieron levantarse; Cayeron debajo de mis pies. (2 Samuel 22:39)
Pues Tú me has ceñido con fuerzas para la batalla; Has subyugado debajo de mí a los que contra mí se levantaron.
También has hecho que mis enemigos me vuelvan las espaldas, Y destruí a los que me odiaban. (2 Samuel 22:41)
Clamaron, pero no hubo quién los salvara; Aun al SEÑOR clamaron, mas no les respondió. (2 Samuel 22:42)
Entonces los pulvericé, como polvo de la tierra, Como lodo de las calles los trituré y los pisé. (2 Samuel 22:43)

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2 Samuel 22:40 - Referencia Cruzada

David metió la mano en su saco, sacó de él una piedra, la lanzó con la honda, e hirió al Filisteo en la frente. La piedra se hundió en su frente y Goliat cayó a tierra sobre su rostro. (1 Samuel 17:49)
Pues Tú me has ceñido con fuerza para la batalla; Has subyugado debajo de mí a los que contra mí se levantaron. (Salmos 18:39)
Vendrán a ti humillados los hijos de los que te afligieron, Se postrarán a las plantas de tus pies todos los que te despreciaban, Y te llamarán Ciudad del SEÑOR, Sion del Santo de Israel. (Isaías 60:14)
Contigo rechazaremos a nuestros adversarios; En Tu nombre pisotearemos a los que contra nosotros se levanten. (Salmos 44:5)
Yo soy el SEÑOR, y no hay ningún otro; Fuera de Mí no hay Dios. Yo te fortaleceré, aunque no Me has conocido, (Isaías 45:5)
Y David y sus hombres fueron a Keila y pelearon contra los Filisteos; y él se llevó sus ganados y los hirió con gran mortandad. Así libró David a los habitantes de Keila. (1 Samuel 23:5)
El Dios que me ciñe de poder, Y ha hecho perfecto mi camino? (Salmos 18:32)
Rogamos que ustedes sean fortalecidos con todo poder según la potencia de Su gloria, para obtener toda perseverancia y paciencia, con gozo (Colosenses 1:11)
Y cantaban un cántico nuevo, diciendo: "Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos, porque Tú fuiste inmolado, y con Tu sangre compraste (redimiste) para Dios a gente de toda tribu, lengua, pueblo y nación. (Apocalipsis 5:9)
Misericordia mía y fortaleza mía, Mi baluarte y mi libertador, Escudo mío en quien me he refugiado, El que sujeta a mi pueblo debajo de mí. (Salmos 144:2)