Nueva Biblia Latinoamericana
Tronó el SEÑOR desde los cielos, Y el Altísimo dio Su voz. (2 Samuel 22:14)
Envió flechas, y los dispersó, Relámpagos, y los confundió. (2 Samuel 22:15)
Entonces los abismos del mar aparecieron, Los cimientos del mundo quedaron al descubierto, Por la reprensión del SEÑOR, Por el soplo del aliento de Su nariz. (2 Samuel 22:16)
Extendió la mano desde lo alto y me tomó; Me sacó de las muchas aguas.
Me libró de mi poderoso enemigo, De los que me aborrecían, pues eran más fuertes que yo. (2 Samuel 22:18)
Se enfrentaron a mí el día de mi infortunio, Pero el SEÑOR fue mi sostén. (2 Samuel 22:19)
También me sacó a un lugar espacioso; Me rescató, porque se complació en mí. (2 Samuel 22:20)

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2 Samuel 22:17 - Referencia Cruzada

Extendió la mano desde lo alto y me tomó; Me sacó de las muchas aguas. (Salmos 18:16)
Extiende Tu mano desde lo alto; Rescátame y líbrame de las muchas aguas; De la mano de extranjeros, (Salmos 144:7)
Los torrentes han alzado, oh SEÑOR, Los torrentes han alzado su voz; Los torrentes alzan sus batientes olas. (Salmos 93:3)
También el ángel me dijo: "Las aguas que viste donde se sienta la ramera, son pueblos, multitudes, naciones y lenguas. (Apocalipsis 17:15)
Por eso, que todo santo ore a Ti en el tiempo en que puedas ser hallado; Ciertamente, en la inundación de muchas aguas, no llegarán éstas a él. (Salmos 32:6)
Cuando el niño creció, ella lo llevó a la hija de Faraón, y vino a ser hijo suyo; y le puso por nombre Moisés, diciendo: "Pues lo he sacado de las aguas." (Éxodo 2:10)
Cuando pases por las aguas, Yo estaré contigo, Y si por los ríos, no te cubrirán. Cuando pases por el fuego, no te quemarás, Ni la llama te abrasará. (Isaías 43:2)
Entonces las aguas nos hubieran cubierto, Un torrente hubiera pasado sobre nuestra alma, (Salmos 124:4)
Cubrieron las aguas mi cabeza, Dije: "¡Estoy perdido!" (Lamentaciones 3:54)
Cántico de ascenso gradual. Desde lo más profundo, oh SEÑOR, he clamado a Ti. (Salmos 130:1)
Para el director del coro; según tonada de "No Destruyas." Mictam de David, cuando Saúl envió hombres y vigilaron la casa para matarlo. Líbrame de mis enemigos, Dios mío; Ponme a salvo en lo alto, lejos de los que se levantan contra mí. (Salmos 59:1)