Entonces la hermana del niño dijo a la hija de Faraón: "¿Quiere que vaya y llame a una nodriza de las Hebreas para que críe al niño?"
(Éxodo 2:7)
Sí, ve," respondió la hija de Faraón. La muchacha fue y llamó a la madre del niño.
(Éxodo 2:8)
Y la hija de Faraón le dijo: "Llévate a este niño y críamelo, y yo te daré tu salario." La mujer tomó al niño y lo crió.
(Éxodo 2:9)
Cuando el niño creció, ella lo llevó a la hija de Faraón, y vino a ser hijo suyo; y le puso por nombre Moisés, diciendo: "Pues lo he sacado de las aguas."
En aquellos días, crecido ya Moisés, salió a donde sus hermanos y vio sus duros trabajos (sus cargas). Vio a un Egipcio golpeando a un Hebreo, a uno de sus hermanos.
(Éxodo 2:11)
Entonces miró alrededor y cuando vio que no había nadie, mató al Egipcio y lo escondió en la arena.
(Éxodo 2:12)
Al día siguiente salió y vio a dos Hebreos que reñían, y dijo al culpable: "¿Por qué golpeas a tu compañero?"
(Éxodo 2:13)
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Éxodo 2:10 - Referencia Cruzada
Ahora pues, tus dos hijos que te nacieron en la tierra de Egipto, antes de que yo viniera a ti a Egipto, míos son. Efraín y Manasés serán míos, como lo son Rubén y Simeón.
(Génesis 48:5)
Después de ser abandonado para morir, la hija de Faraón se lo llevó y lo crió como su propio hijo.
(Hechos 7:21)
Por la fe Moisés, cuando ya era grande, rehusó ser llamado hijo de la hija de Faraón,
(Hebreos 11:24)
Adán se unió otra vez a su mujer; y ella dio a luz un hijo y le puso por nombre Set, porque, dijo ella: "Dios me ha dado otro hijo en lugar de Abel, pues Caín lo mató."
(Génesis 4:25)
a fin de que redimiera a los que estaban bajo la Ley, para que recibiéramos la adopción de hijos.
(Gálatas 4:5)
Y dará a luz un Hijo, y Le pondrás por nombre Jesús, porque El salvará a Su pueblo de sus pecados."
(Mateo 1:21)
Y a su debido tiempo, después de haber concebido, Ana dio a luz un hijo, y le puso por nombre Samuel (Oído por Dios), diciendo: "Porque se lo he pedido al SEÑOR."
(1 Samuel 1:20)
El ángel del SEÑOR le dijo además: "Has concebido Y darás a luz un hijo; Y le llamarás Ismael, Porque el SEÑOR ha oído tu aflicción.
(Génesis 16:11)
Miren cuán gran amor nos ha otorgado el Padre: que seamos llamados hijos de Dios. Y eso somos. Por esto el mundo no nos conoce, porque no Lo conoció a El.
(1 Juan 3:1)