¿O qué mujer, si tiene diez monedas de plata (salario de diez días) y pierde una moneda, no enciende una lámpara y barre la casa y busca con cuidado hasta hallarla?
(Lucas 15:8)
Cuando la encuentra, reúne a las amigas y vecinas, diciendo: 'Alégrense conmigo porque he hallado la moneda que había perdido.'
(Lucas 15:9)
De la misma manera, les digo, hay gozo en la presencia de los ángeles de Dios por un pecador que se arrepiente."
(Lucas 15:10)
Jesús añadió: "Cierto hombre tenía dos hijos;
y el menor de ellos le dijo al padre: 'Padre, dame la parte de la hacienda que me corresponde.' Y él les repartió sus bienes.
(Lucas 15:12)
No muchos días después, el hijo menor, juntándolo todo, partió a un país lejano, y allí malgastó su hacienda viviendo perdidamente.
(Lucas 15:13)
Cuando lo había gastado todo, vino una gran hambre en aquel país, y comenzó a pasar necesidad.
(Lucas 15:14)
