Nueva Biblia Latinoamericana
Ve ahora, y ataca a Amalec, y destruye por completo todo lo que tiene, y no te apiades de él; antes bien, da muerte tanto a hombres como a mujeres, a niños como a niños de pecho, a bueyes como a ovejas, a camellos como a asnos.'" (1 Samuel 15:3)
Entonces Saúl convocó al pueblo, y los contó en Telaim: 200,000 soldados de a pie, y 10,000 hombres de Judá. (1 Samuel 15:4)
Saúl fue a la ciudad de Amalec y se emboscó en el valle. (1 Samuel 15:5)
Y dijo Saúl a los Quenitas: "Váyanse, apártense, desciendan de entre los Amalecitas, para que yo no los destruya junto con ellos; porque ustedes mostraron misericordia a todos los Israelitas cuando subían de Egipto." Entonces los Quenitas se apartaron de entre los Amalecitas.
Saúl derrotó a los Amalecitas desde Havila en dirección a Shur, que está al oriente de Egipto. (1 Samuel 15:7)
Capturó vivo a Agag, rey de los Amalecitas, y destruyó por completo a todo el pueblo a filo de espada. (1 Samuel 15:8)
Pero Saúl y el pueblo perdonaron a Agag, y lo mejor de las ovejas, de los bueyes, de los animales engordados, de los corderos y de todo lo bueno. No lo quisieron destruir por completo; pero todo lo despreciable y sin valor lo destruyeron totalmente. (1 Samuel 15:9)

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1 Samuel 15:6 - Referencia Cruzada

Bendita entre las mujeres es Jael, Mujer de Heber el Quenita; Bendita sea entre las mujeres de la tienda. (Jueces 5:24)
Ahora, escúchame. Yo te aconsejaré, y Dios estará contigo. Sé tú el representante del pueblo delante de Dios, y somete los asuntos a Dios. (Éxodo 18:19)
Entonces los dos hombres dijeron a Lot: "¿A quién más tienes aquí? A tus yernos, a tus hijos, a tus hijas y quienquiera que tengas en la ciudad, sácalos de este lugar. (Génesis 19:12)
y habló a la congregación: "Apártense ahora de las tiendas de estos malvados, y no toquen nada que les pertenezca, no sea que perezcan con todo su pecado." (Números 16:26)
Y las familias de los escribas que habitaron en Jabes fueron los Tirateos, los Simeateos y los Sucateos. Esos son los Quenitas que vinieron de Hamat, padre de la casa de Recab. (1 Crónicas 2:55)
Conceda el Señor misericordia a la casa de Onesíforo, porque muchas veces me dio consuelo y no se avergonzó de mis cadenas. (2 Timoteo 1:16)
Lejos de Ti hacer tal cosa: matar al justo con el impío, de modo que el justo y el impío sean tratados de la misma manera. ¡Lejos de Ti! El Juez de toda la tierra, ¿no hará justicia?" (Génesis 18:25)
Heber el Quenita, se había separado de los Quenitas, de los hijos de Hobab, suegro de Moisés, y había plantado su tienda cerca de la encina en Zaanaim, que está junto a Cedes. (Jueces 4:11)
Abandona la necedad y vivirás; Anda por el camino del entendimiento." (Proverbios 9:6)
Después vio al Quenita, y continuó su discurso (parábola), y dijo: "Perdurable es tu morada, Y en la peña está puesto tu nido. (Números 24:21)
Todos los Israelitas que estaban alrededor de ellos huyeron a sus gritos, pues decían: "¡No sea que la tierra nos trague!" (Números 16:34)
Y Aquis decía: "¿Dónde atacaron hoy?" Y David respondía: "Contra el Neguev (región del sur) de Judá, contra el Neguev de Jerameel y contra el Neguev de los Quenitas." (1 Samuel 27:10)
Entonces Moisés dijo a Hobab, hijo de Reuel madianita, suegro de Moisés: "Nosotros salimos hacia el lugar del cual el SEÑOR dijo: 'Yo se lo daré a ustedes.' Ven con nosotros y te haremos bien, pues el SEÑOR ha prometido el bien a Israel." (Números 10:29)
Y Jetro se alegró de todo el bien que el SEÑOR había hecho a Israel, al librarlo de la mano de los Egipcios. (Éxodo 18:9)
Y el fruto que tanto has anhelado se ha apartado de ti, y todas las cosas que eran lujosas y espléndidas se han alejado de ti, y nunca más las hallarán. (Apocalipsis 18:14)
Por tanto, SALGAN DE EN MEDIO DE ELLOS Y APARTENSE," dice el Señor; "Y NO TOQUEN LO INMUNDO, Y Yo los recibiré. (2 Corintios 6:17)
Y Pedro, con muchas otras palabras testificaba solemnemente y les exhortaba (aconsejaba) diciendo: "Sean salvos (Escapen) de esta perversa generación." (Hechos 2:40)
Los descendientes del Quenita, suegro de Moisés, subieron de la ciudad de las palmeras con los hijos de Judá, al desierto de Judá que está al sur de Arad; y fueron y habitaron con el pueblo. (Jueces 1:16)