Nueva Biblia Latinoamericana
Pagiel, hijo de Ocrán, al frente del ejército de la tribu de los hijos de Aser; (Números 10:26)
y Ahira, hijo de Enán, al frente del ejército de la tribu de los hijos de Neftalí. (Números 10:27)
Este fue el orden de marcha de los Israelitas por sus ejércitos cuando partieron. (Números 10:28)
Entonces Moisés dijo a Hobab, hijo de Reuel madianita, suegro de Moisés: "Nosotros salimos hacia el lugar del cual el SEÑOR dijo: 'Yo se lo daré a ustedes.' Ven con nosotros y te haremos bien, pues el SEÑOR ha prometido el bien a Israel."
Pero él le dijo: "No iré, sino que me iré a mi tierra y a mi familia." (Números 10:30)
Después dijo Moisés: "Te ruego que no nos dejes, puesto que tú sabes dónde debemos acampar en el desierto, y serás como ojos para nosotros. (Números 10:31)
Y será que si vienes con nosotros, el bien que el SEÑOR nos haga, te haremos nosotros." (Números 10:32)

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Números 10:29 - Referencia Cruzada

pues toda la tierra que ves te la daré a ti y a tu descendencia para siempre. (Génesis 13:15)
El SEÑOR se apareció a Abram y le dijo: "A tu descendencia daré esta tierra." Entonces Abram edificó allí un altar al SEÑOR que se le había aparecido. (Génesis 12:7)
Así que he descendido para librarlos de mano de los Egipcios, y para sacarlos de aquella tierra a una tierra buena y espaciosa, a una tierra que mana leche y miel, al lugar de los Cananeos, de los Hititas, de los Amorreos, de los Ferezeos, de los Heveos y de los Jebuseos. (Éxodo 3:8)
Porque Tú me dijiste: 'De cierto te haré prosperar, y haré tu descendencia como la arena del mar que no se puede contar por su gran cantidad.'" (Génesis 32:12)
Dios no es hombre, para que mienta, Ni hijo de hombre, para que se arrepienta. ¿Lo ha dicho El, y no lo hará? ¿Ha hablado, y no lo cumplirá? (Números 23:19)
Los descendientes del Quenita, suegro de Moisés, subieron de la ciudad de las palmeras con los hijos de Judá, al desierto de Judá que está al sur de Arad; y fueron y habitaron con el pueblo. (Jueces 1:16)
Moisés despidió a su suegro, y éste se fue a su tierra. (Éxodo 18:27)
Vendrán muchos pueblos, y dirán: "Vengan, subamos al monte del SEÑOR, A la casa del Dios de Jacob, Para que nos enseñe acerca de Sus caminos, Y andemos en Sus sendas." Porque de Sion saldrá la ley (la instrucción), Y de Jerusalén la palabra del SEÑOR. (Isaías 2:3)
Preguntarán por el camino de Sion, Hacia donde volverán sus rostros; Vendrán para unirse al SEÑOR En un pacto eterno que no será olvidado. (Jeremías 50:5)
Y dijo Saúl a los Quenitas: "Váyanse, apártense, desciendan de entre los Amalecitas, para que yo no los destruya junto con ellos; porque ustedes mostraron misericordia a todos los Israelitas cuando subían de Egipto." Entonces los Quenitas se apartaron de entre los Amalecitas. (1 Samuel 15:6)
Cuando ellas volvieron a Reuel, su padre, éste les preguntó: "¿Por qué han vuelto tan pronto hoy?" (Éxodo 2:18)
En aquel día el SEÑOR hizo un pacto con Abram, diciendo: "A tu descendencia he dado esta tierra, Desde el río de Egipto hasta el río grande, el Río Eufrates: (Génesis 15:18)
Los tomaré a ustedes por pueblo Mío, y Yo seré su Dios. Sabrán que Yo soy el SEÑOR su Dios, que los sacó de debajo de las cargas de los Egipcios. (Éxodo 6:7)
a fin de que por dos cosas inmutables, en las cuales es imposible que Dios mienta, los que hemos buscado refugio seamos grandemente animados para asirnos de la esperanza puesta delante de nosotros. (Hebreos 6:18)
y los habitantes de una irán a otra, diciendo: "Vamos sin demora a implorar el favor del SEÑOR, y a buscar al SEÑOR de los ejércitos. Yo también iré." (Zacarías 8:21)
No le dio en ella heredad, ni siquiera la medida de la planta del pie, y sin embargo, aunque no tenía hijo, prometió que SE LA DARIA EN POSESION A EL Y A SU DESCENDENCIA DESPUES DE EL. (Hechos 7:5)
Heber el Quenita, se había separado de los Quenitas, de los hijos de Hobab, suegro de Moisés, y había plantado su tienda cerca de la encina en Zaanaim, que está junto a Cedes. (Jueces 4:11)
Moisés apacentaba el rebaño de Jetro su suegro, sacerdote de Madián; condujo el rebaño hacia el lado occidental del desierto y llegó a Horeb, el monte de Dios. (Éxodo 3:1)
Jetro, sacerdote de Madián, suegro de Moisés, oyó de todo lo que Dios había hecho por Moisés y por Su pueblo Israel, cómo el SEÑOR había sacado a Israel de Egipto. (Éxodo 18:1)
con la esperanza de vida eterna, la cual Dios, que no miente, prometió desde los tiempos eternos, (Tito 1:2)
Prueben y vean que el SEÑOR es bueno. ¡Cuán bienaventurado es el hombre que en El se refugia! (Salmos 34:8)
El Espíritu y la esposa dicen: "Ven." Y el que oye, diga: "Ven." Y el que tiene sed, venga; y el que desee, que tome gratuitamente del agua de la vida. (Apocalipsis 22:17)