Nueva Biblia Latinoamericana
Y Otoniel, hijo de Quenaz, hermano menor de Caleb, tomó la ciudad, y Caleb le dio a su hija Acsa por mujer. (Jueces 1:13)
Y cuando ella llegó, Otoniel la persuadió a que pidiera un campo a su padre. Ella entonces se bajó del asno, y Caleb le dijo: "¿Qué quieres?" (Jueces 1:14)
Dame una bendición," le dijo ella, "ya que me has dado la tierra del Neguev, dame también fuentes de agua." Y Caleb le dio las fuentes de arriba y las fuentes de abajo. (Jueces 1:15)
Los descendientes del Quenita, suegro de Moisés, subieron de la ciudad de las palmeras con los hijos de Judá, al desierto de Judá que está al sur de Arad; y fueron y habitaron con el pueblo.
Entonces Judá fue con Simeón su hermano, y derrotaron a los Cananeos que vivían en Sefat, y la destruyeron por completo. Por eso pusieron por nombre a la ciudad, Horma (Destrucción). (Jueces 1:17)
Y Judá tomó a Gaza con su territorio, a Ascalón con su territorio y a Ecrón con su territorio. (Jueces 1:18)
El SEÑOR estaba con Judá, que tomó posesión de la región montañosa. Pero Judá no pudo expulsar a los habitantes del valle porque éstos tenían carros de hierro. (Jueces 1:19)

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Jueces 1:16 - Referencia Cruzada

Moisés despidió a su suegro, y éste se fue a su tierra. (Éxodo 18:27)
Heber el Quenita, se había separado de los Quenitas, de los hijos de Hobab, suegro de Moisés, y había plantado su tienda cerca de la encina en Zaanaim, que está junto a Cedes. (Jueces 4:11)
Salió Moisés a recibir a su suegro, se inclinó y lo besó. Se preguntaron uno a otro cómo estaban, y entraron en la tienda. (Éxodo 18:7)
Moisés se fue y volvió a casa de su suegro Jetro, y le dijo: "Te ruego que me dejes ir para volver a mis hermanos que están en Egipto, y ver si aún viven." "Ve en paz," le contestó Jetro. (Éxodo 4:18)
En aquel tiempo el rey Acaz envió a pedir ayuda a los reyes de Asiria. (2 Crónicas 28:16)
el Neguev (región del sur) y la llanura del Valle de Jericó, la ciudad de las palmeras, hasta Zoar. (Deuteronomio 34:3)
Y dijo Saúl a los Quenitas: "Váyanse, apártense, desciendan de entre los Amalecitas, para que yo no los destruya junto con ellos; porque ustedes mostraron misericordia a todos los Israelitas cuando subían de Egipto." Entonces los Quenitas se apartaron de entre los Amalecitas. (1 Samuel 15:6)
Y Jetro, suegro de Moisés, tomó un holocausto y sacrificios para Dios, y Aarón vino con todos los ancianos de Israel a comer con el suegro de Moisés delante de Dios. (Éxodo 18:12)
Ozem el sexto, y David el séptimo; (1 Crónicas 2:15)
Y Eglón reunió consigo a los Amonitas y Amalecitas. Fue y derrotó a Israel, y se apoderaron de la Ciudad de las Palmeras (Jericó). (Jueces 3:13)
Jetro, sacerdote de Madián, suegro de Moisés, oyó de todo lo que Dios había hecho por Moisés y por Su pueblo Israel, cómo el SEÑOR había sacado a Israel de Egipto. (Éxodo 18:1)
Cuando el suegro de Moisés vio todo lo que él hacía por el pueblo, dijo: "¿Qué es esto que haces por el pueblo? ¿Por qué juzgas tú solo, y todo el pueblo está delante de ti desde la mañana hasta el atardecer?" (Éxodo 18:14)
el rey de Horma, uno; el rey de Arad, uno; (Josué 12:14)
Entonces Moisés dijo a Hobab, hijo de Reuel madianita, suegro de Moisés: "Nosotros salimos hacia el lugar del cual el SEÑOR dijo: 'Yo se lo daré a ustedes.' Ven con nosotros y te haremos bien, pues el SEÑOR ha prometido el bien a Israel." (Números 10:29)
Después vio al Quenita, y continuó su discurso (parábola), y dijo: "Perdurable es tu morada, Y en la peña está puesto tu nido. (Números 24:21)
Pero Sísara huyó a pie a la tienda de Jael, mujer de Heber el Quenita. Porque había paz entre Jabín, rey de Hazor, y la casa de Heber el Quenita. (Jueces 4:17)
Ve a la casa de los Recabitas, habla con ellos, llévalos a la casa del SEÑOR, a una de las cámaras, y dales a beber vino." (Jeremías 35:2)
Cuando el Cananeo, el rey de Arad, que habitaba en el Neguev (región del sur), oyó que Israel subía por el camino de Atarim, peleó contra Israel y le tomó algunos prisioneros. (Números 21:1)
Moisés apacentaba el rebaño de Jetro su suegro, sacerdote de Madián; condujo el rebaño hacia el lado occidental del desierto y llegó a Horeb, el monte de Dios. (Éxodo 3:1)