Nueva Biblia Latinoamericana
No, hijos míos; porque no es bueno el informe que oigo circular por el pueblo del SEÑOR. (1 Samuel 2:24)
Si un hombre peca contra otro, Dios mediará por él; pero si un hombre peca contra el SEÑOR, ¿quién intercederá por él?" Pero ellos no escucharon la voz de su padre, porque el SEÑOR quería que murieran. (1 Samuel 2:25)
Y el niño Samuel crecía en estatura y en gracia para con el SEÑOR y para con los hombres. (1 Samuel 2:26)
Entonces un hombre de Dios vino a Elí y le dijo: "Así dice el SEÑOR: '¿No me revelé ciertamente a la casa de tu padre cuando ellos estaban en Egipto como esclavos de la casa de Faraón?
¿No los escogí de entre todas las tribus (la de Leví) de Israel para ser Mis sacerdotes, para subir a Mi altar, para quemar incienso, para llevar un efod delante de Mí? ¿No le di a la casa de tu padre todas las ofrendas encendidas de los Israelitas? (1 Samuel 2:28)
¿Por qué pisotean Mi sacrificio y Mi ofrenda que he ordenado en Mi morada, y honras a tus hijos más que a Mí, engordándose ustedes con lo mejor de cada ofrenda de Mi pueblo Israel?' (1 Samuel 2:29)
Por tanto, el SEÑOR, Dios de Israel, declara: 'Ciertamente Yo había dicho que tu casa y la casa de tu padre andarían delante de Mí para siempre;' pero ahora el SEÑOR declara: 'Lejos esté esto de Mí, porque Yo honraré a los que Me honran, y los que Me desprecian serán tenidos en poco. (1 Samuel 2:30)

Otras publicaciones relacionadas con "1 Samuel 2:27":

Dr. Roberto Miranda
La generación Samuel
El pastor habla sobre la necesidad de preparar una nueva generación de líderes ungidos por Dios para la iglesia de Cristo, la generación Samuel, llena del Espíritu Santo y profética, destinada a cambiar destinos y caminar inspirando temor al mundo.


Faustino de Jesús Zamora Vargas
Dios bendice a los hijos de obediencia
Artículo sobre la importancia de la obediencia a Dios y las consecuencias de la desobediencia.


1 Samuel 2:27 - Referencia Cruzada

En la tierra de Egipto el SEÑOR habló a Moisés y a Aarón y les dijo: (Éxodo 12:1)
pues ninguna profecía fue dada jamás por un acto de voluntad humana, sino que hombres inspirados por el Espíritu Santo hablaron de parte de Dios. (2 Pedro 1:21)
el SEÑOR envió un profeta a los Israelitas que les dijo: "Así dice el SEÑOR, Dios de Israel: 'Fui Yo el que los hice subir a ustedes de Egipto, y los saqué de la casa de servidumbre (de esclavos). (Jueces 6:8)
Pero tú, oh hombre de Dios, huye de estas cosas, y sigue la justicia, la piedad, la fe, el amor, la perseverancia y la amabilidad. (1 Timoteo 6:11)
Entonces se encendió la ira del SEÑOR contra Moisés, y le dijo: "¿No está allí tu hermano Aarón, el Levita? Yo sé que él habla bien. Y además, ahora él sale a recibirte. Al verte, se alegrará en su corazón. (Éxodo 4:14)
Y el SEÑOR dijo a Aarón: "Ve al encuentro de Moisés en el desierto." El fue y le salió al encuentro en el monte de Dios, y lo besó. (Éxodo 4:27)
La mujer fue y se lo dijo a su marido: "Un hombre de Dios vino a mí, y su aspecto era como el aspecto del ángel de Dios, muy imponente. Yo no le pregunté de dónde venía, ni él me hizo saber su nombre. (Jueces 13:6)
Y el SEÑOR dijo a Moisés y a Aarón: "Esta es la ordenanza de la Pascua: ningún extranjero (peregrino) comerá de ella. (Éxodo 12:43)
Esta es la bendición con la que Moisés, hombre de Dios, bendijo a los Israelitas antes de morir. (Deuteronomio 33:1)
Saúl pasó por la región montañosa de Efraín y recorrió la tierra de Salisa, pero no las hallaron. Luego pasaron por la tierra de Saalim, pero no estaban allí. Después atravesaron la tierra de los Benjamitas, pero tampoco las encontraron. (1 Samuel 9:4)
Sucedió que un hombre de Dios fue desde Judá a Betel (Casa de Dios) por palabra del SEÑOR, cuando Jeroboam estaba junto al altar para quemar incienso. (1 Reyes 13:1)