Nueva Biblia Latinoamericana
Pero Ana se levantó después de haber comido y bebido estando en Silo, y mientras el sacerdote Elí estaba sentado en la silla junto al poste de la puerta del templo del SEÑOR, (1 Samuel 1:9)
ella, muy angustiada, oraba al SEÑOR y lloraba amargamente. (1 Samuel 1:10)
Entonces hizo voto y dijo: "Oh SEÑOR de los ejércitos, si Te dignas mirar la aflicción de Tu sierva, Te acuerdas de mí y no Te olvidas de Tu sierva, sino que das un hijo a Tu sierva, yo lo dedicaré al SEÑOR por todos los días de su vida y nunca pasará navaja sobre su cabeza." (1 Samuel 1:11)
Mientras ella continuaba en oración delante del SEÑOR, Elí le estaba observando la boca.
Pero Ana hablaba en su corazón, sólo sus labios se movían y su voz no se oía. Elí, pues, pensó que estaba ebria. (1 Samuel 1:13)
Entonces Elí le dijo: "¿Hasta cuándo estarás embriagada? Echa de ti tu vino." (1 Samuel 1:14)
Pero Ana respondió: "No, señor mío, soy una mujer angustiada en espíritu. No he bebido vino ni licor, sino que he derramado mi alma delante del SEÑOR. (1 Samuel 1:15)

Otras publicaciones relacionadas con "1 Samuel 1:12":

Dr. Roberto Miranda
La oración ejemplar de Ana
En este sermón, el Dr. Roberto Miranda habla sobre la historia de Ana y su oración a Dios para tener un hijo, destacando la importancia de la educación espiritual, el compromiso de los padres y la fe y mansedumbre en tiempos de necesidad. También habla sobre la importancia de la paz en el hogar y cómo la mansedumbre y el buen carácter pueden transformar las relaciones.


Dr. Roberto Miranda
El Señor nos concederá las peticiones de nuestro corazón
El artículo del Dr. Roberto Miranda habla sobre cómo el Señor nos concede las peticiones de nuestro corazón, basado en la historia de la profecía de Eliseo a la sunamita y cómo Dios visitó su vida para darle bendición y vida.


1 Samuel 1:12 - Referencia Cruzada

Por tanto, confiésense sus pecados unos a otros, y oren unos por otros para que sean sanados. La oración (súplica) eficaz del justo puede lograr mucho. (Santiago 5:16)
Jesús les contó una parábola para enseñarles que ellos debían orar en todo tiempo, y no desfallecer: (Lucas 18:1)
Con toda oración y súplica oren en todo tiempo en el Espíritu, y así, velen con toda perseverancia y súplica por todos los santos. (Efesios 6:18)
Perseveren en la oración, velando en ella con acción de gracias. (Colosenses 4:2)
Les digo que aunque no se levante a darle algo por ser su amigo, no obstante, por su importunidad (insistencia) se levantará y le dará cuanto necesite. (Lucas 11:8)
Oren sin cesar. (1 Tesalonicenses 5:17)